Tuy necesita estar espectante en este año del 2010, ya que se
cumple el próximo 30 de septiembre, el centenario del
nacimiento del prestigioso y recordado tudense, médico,
escritor, periodista y humanista Dr. Darío Álvarez Blázquez.
Tuy, tiene que conmemorar el acontecimiento con un programa
cultural extraordinario, e inaugurar una calle de la ciudad, que
perpetue su sobresaliente memoria.
SOLICITUD AL AYUNTAMIENTO DE UNA CALLE
En las fotografías don Pascual López Lorenzo, Catedrático de farmacología y director de la Editorial Acribia, en animada charla con sus amigos el doctor Alberto González Varela y Alberto Estévez Piña.
Hace ahora 30 años, los tudenses solicitaron al Ayuntamiento, que una calle llevase el nombre del querido tudense Dr. Álvarez Blázquez, solicitud lamentablemente no escuchada.
La noticia del escrito de la referida solicitud, fue publicada en el diario "Faro de Vigo" del 20 de septiembre de 1979, y decía:
"En el día de ayer fue presentado un escrito en el Ayuntamiento, dirigido al señor alcalde, firmado por cerca de doscientos tudenses solicitando el nombre de una calle de nuestra ciudad en recuerdo del ilustre tudense doctor Darío Álvarez Blázquez.
Con este motivo nos congratula dar conocimiento de la dicha petición que dice:
"Los que suscribimos, tudenses y amigos de Tuy, nos consideramos obligados a ratificarles ahora el profundo sentimiento que en la ciudad de Vigo causó - hace ahora un año - la muerte repentina, en su propia clínica y en plena actividad facultativa del queridísimo tudense doctor Darío Álvarez Blázquez, popularmente conocido como "Médico de los pobres", que basta para compendiar en esa ejecutoria todas sus virtudes y méritos.
Además de esa humanísima calificación, dada con espontaneidad y justicia por el pueblo a coro, la vida científica, literaria y siempre cordial del finado, fue inmediatamente exaltada como ejemplo singular.
Por residir habitualmente en Vigo, pero llevando a "su" Tuy en el alma, Vigo se anticipó a compendiar toda su ejemplaridad de su vida y de su obra, en un reconocimiento oficial, perpetuándolo en una calle de la ciudad, que ya lleva su nombre.
Sin más invocaciones ni argumentos, porque la gloria de Darío la llevamos y la llevaremos siempre en el corazón, les SUPLICAMOS tengan a bien acordar igual perpetuidad para él en esta ciudad de Tuy, donde nació y vivió, para engrandecerla siempre".
PALABRAS DE LA FAMILIA
Palabras da familia, pronunciadas na misa que oficióu o Padre Seixas na Igrexa das Trinitarias de Vigo, o día 12 de San Xoán de 1979:
Os familiares de Darío desexamos agradecer as fondas e constantes mostras de adhesión ao noso sentimento de dor recibidas nestas horas en que acabamos de dar a despedida a un dos máis grandes e fermosos corazóns de Galicia.
Sabemos que, nunha verdadeira comunión de irmandade, facedes vosa a nosa dor, pero sabemos, sobre todo, que sentides vós mesmo unha propia dor, unha tristura propia, un fondo e personal sentimento, pois Darío era non sóio noso sinón de todos e cada ún dos que o conoceron. E aqueles que non o conoceron, poden tamén chorar esa perda, pois perda é non ter estreitado nunca a súa man quente de cordialidade, non ter palmeado nunca as súas espaldas de nobilísimo varón, non ter escoitado nunca unha palabra de serenidade, de paz, de espranza, cando non pura alegría, de xogo e de gracia.
¡ Grande, intelixente, xeneroso, simpático, falador Darío, dita sexa por nós, sin modestias agora, cando el, que era a pura e xinxela modestia, non nos pode decir que non!
¡ Valente, esforzado, barudo loitador Darío, que pola libertade e pola súa Terra Galega padecéu persecución e cadea!
¡ Probe Darío, que cando tiña a xuventude recén estrenada, recén abertas as portas do seu fogar e do seu consultorio, que foron sempre unha soia cousa; recén nado o primeiro fillo, escoitóu, agachado antre as xentes que enchían a sala onde se tecía o terror sumarísimo, as declaracións dos fariseos e o oubear dos bramidos fiscales que pedían e conseguían a pena de morte para seu pai, aquel outro Don Darío, médico tamén, mártir donde alguén reclame o nome de un mártir!
Dende aquel mes de outono do ano 1936, Darío enfermóu de pena, de horror, de pavura. Enfermóu do corazón. Pero como sabía que tiña que vivir pra Carmiña, pra os seus fillos, pra a súa docísima nai, pra os seus irmáns, pra os seus enfermos, pra os seus amigos, mesmo pra os seus enemigos; a os que, en nome do pai sacrificado, perdonóu, por si lles valía pra que durmiran unha noite en paz; Darío seguíu alentando, día a día, ano tras ano, arranxándose a sí mesmo o propio corazón, con xeitiño, amor e paciencia, descansando nos camiños, parándose nas escaleiras, pedindo un vaso de auga aquí, un agarimo alá, todo sin asustar a ninguén, todo feito coa cartesía de quen pide perdón por unha dor - que non é nada, no corazón, por unha pena, que non é nada, no corazón, por un amor, que non é nada, no corazón. Agora xa non lle doe corazón, porque se lle paróu cando remataba de despedir o último enfermo de mañan, cando, en verdade, o último enefermo era el.
Co nome de Darío nos beizos, que é nome de fraternidade, de amor pra os perseguidos, pra os sedentos de saúde e de xusticia, de amor á libertade, de amor a Galicia, gracias irmáns, gracias amigos. Que a paz de El Señor veña sobre todos nós.
El prestigioso Dr. argentino, Alberto González Varela, quién fue alumno del antiguo Instituto de Tuy, quién gozó de un plantel singular de profesores, como Parga Pondal, Benito Prieto Coussent,, Jesús Fero Couselo, Manuel Fernández Costas, Isidoro Aparicio y la profesora judeo-alemana, Elfride Jasson, entre otros. El director del honroso centro Manuel Losa Álvarez, quién se hizo cargo en 1934, del Instituto de segunda enseñanza, creado en la II República que con una renovadora brisa pedagógica, se emprendió la hermosa tarea de intentar cambiar la piel España.
Alberto González Varela, en sus años de estudiante, fue gran amigo de los hermanos Álvarez Blázquez, Emilio, Alfonso y Álvaro. En la fotografía, el Dr. Alberto González Varela, con el autor del presente blog, Alberto Estévez Piña, hablando de pasados tiempos en el emblemático Bar Aloya.
SEMBLANZA DE DON DARÍO
El tudense prestigioso y ejemplar Dr. Darío Álvarez Blázquez, famoso médico en la gran región de Vigo, en la ciudad de Tuy, así como en las localidades de Porriño, La Guardia, Bayona, Cangas, Moaña, Bueu, Marín...lugares desde donde acudían los enfermos a su consulta de Marqués de Valladares. El Dr. Darío Álvarez Blázquez, fue un médico, que siguió el ejemplo de su padre, también médico ilustre en Tuy, con una vida profesional inclinada de cariño y humanismo para todos sus enfermos sin exclusión, pero con una edificante atención a los pobres, a los pescadores de ribera, a los trabajadores en paro, a los humildes, al pueblo gitano, a los perseguidos de la tiranía...
El Dr. Darío Álvarez Blázquez, nació en Tuy, donde pasó su niñez y juventud en compañía de sus queridos hermanos, Emilio, Xosé María, Celso, Alfonso y Álvaro, todos siempre rodeados del gran cariño de sus padres. La familia vivía en casa propia, donde su padre don Darío Álvarez Limeses tenía su consulta médica y donde hablaría siempre, con palabras cariñosas llenas de paz, que no fueron escuchadas... Siguiendo la vocación paterna, el hijo mayor Darío, estudió Medicina en Santiago de Compostela, donde se licenció con altas calificaciones en 1932. Aquí, en nuestra ciudad de Tuy, comenzó el ejercicio de su profesión, de la mano y buen ejemplo de su padre, médico prestigioso, hombre de cultura extraordinaria y humanismo singular; virtudes que fueron castigadas, por el incomprensible odio y venganza de los poderes sublevados, puesto en evidencia con una criminal ejecución militar, en compañía de sus camaradas, igualmente martires por la libertad.
Con la pérdida insufrible de su padre, su hijo mayor, el Dr. Darío, ya casado con doña Carmen Gándara, con su primer hijo Darío, con su queridísima madre y con sus hemanos menores, pasan en Tuy, días de amarguras que nunca olvidarían, pero sí perdonaron con un ejemplo emocionado y ejemplarizante.
Don Darío, sufrió persecución y prisión de aquella derecha franquista nada edificante, que únicamente se regocijaba con las muertes y penalidades de los hombres defensores de la paz y de la libertad. Don Darío, persona de noble historia cívica, democrática y antifascista, protegió a los perseguidos de cualquier partido o grupo político antifranquista, poniendo en riesgo su propia vida.
El tudense don Darío, médico de los pobres, fue también brillante escritor y periodista, pintor y poeta. Miembro correspondiente de la Academia Gallega; escritor en su juventud de novelas policiacas. Escribió una serie de artículos, algunos de los cuales, están recogidos y transcritos en este mismo blog, por considerarlos de un gran valor de enseñanza política-humanista.
Sin la menor duda, la figura del insigne tudense tiene que recordarse y celebrarse, con la puesta en marcha del nombramiento de una comisión organizadora de un programa importante en honor del tudense homenajeado en el centenario de su nacimiento. Será el momento preciso, para hacerse realidad un deseo general de buena parte de los tudenses, puesto en evidencia pública, en un escrito dirigido al señor Alcalde de la época, solicitando una calle de Tuy, para el recuerdo del médico ejemplar e ilustre tudense, periodista, escritor y humanista. La petición firmada por muchos tudenses no fue escuchada ni contestada. En cambio, tenemos que reconocer y agradecer los tudenses al Ayuntamiento de Vigo, la circunstancia de haber dedicado una de sus calles a nuestro querido paisano, el Dr.Darío Álvarez Blázquez, acto que se celebró en Vigo con todos los honores, al tudense insigne y bondadoso de don Darío, siempre dispuesto en colaborar con su notable aportación en todos los actos culturales en pro de su ciudad natal y, de manera particular, por todos los tudenses, sin distinción de color, que imploraron su ayuda.
Alberto Estévez Piña
José María Álvarez Blázquez, nació en Tuy el día 4 de febrero de 1915, hijo del médico Darío Álvarez Limeses
y María Blázquez Ballester. Era el tercero de sus hermanos Darío. Celso, Alfonso. Emilio y Álvaro, residieron en Tuy hasta 1941, cuando después del brutal fusilamiento de su padre en los primeros meses del inicio e la Guerra Civil, pasan días muy amargos en su ciudad querida tudense, momentos insufribles que les obliga el decidir trasladar su residencia para la ciudad de Vigo, en compañía de su queridísima madre y de su hermano mayor Darío, que sería desde este momento , un ejemplar padre para toda la gran familia. Sí; José María fue igualmente, un escritor importante, tanto de poesía como de novelas, investigador de historia, prehistoria y literatura. Editor de sus editoriales Monterrey y Castrelos, con las que realizó una brillante labor por la cultura de Galicia.
Por iniciativa e suscripción dos seus amigos imprimíuse este libro de homexe a
Darío
rematado o 25 de outono de 1980, día do seu santo, que sempre se celebróu no seu fogar e antes no fogar do su pai, onde tiñan acollida parentes, amigos e xentes da veciñanza.
Traballaron, con especial agarimo en levar adiante iste homenaxe: María del Pilar Blanco Gracia de Bar Boo, Francisco Fernández de Riego, Xaime Illa Couto, Valentín Paz Ramón de Castro Fariña, Maximino Sanmartín Sobrino, Xosé Ramón de Castro Fariña e P. Xaime Seixas Subirá.
L I M I A R
PALABRAS DA COMISIÓN
O día 7 de xunio de 1979 un regueiro de door furóu o corazón de miles e miles de vigueses. O regueiro chegaba ao corazón dos enfermos e dos amigos coa terrible noticia:
"¡ Morréu o doutor Darío!"
Nun primeiro momento a xente choraba ao médico, á man curadora e garimeira do médico Darío Álvarez Blázquez expresaban, cecáis sin propoñelo, o que o seu doutor tiña de humanidade, de sabiduría e de xeito, tres dimensións que facían del un médico extraordinario.
Días despóis, semanas despóis, moitos de nós, ainda intolerantes coa súa perda, fomos descubrindo ( unha vez máis ) as outras persoalidades do doutor Darío: O escritor, o amigo, o conversador, o biógrafo, o irmán maior, a palabra quente, o cronista, a man axudadora, o cidadán, o conferenciante...
Axiña sonaron as primeiras voces: o que pedía unha rúa co seu nome; quen esixía unha lápida rechamante; quen reclamaba a reedición dos seus traballos médicos e literarios... Eran maneiras de chorar, de encher o valeiro no que quedáramos mergullados.
Foron voces moi distintas as que, dun xeito ou de otro, homenaxearon o nome do doutor Darío, deste gran home: dende o Clolexio Médico ao real Club Ceta, dende a Cofradía do Cristo da Victoria á Academia Medico-Quirúrxica, dende a Comunidade de Vida Cristiana ao Colexio Farmacéutico; dende o Coro "Ondas do mar de Vigo" aos "Irmáns misioneiros dos enfermos probes" de Teis. Neste ano e medio escaso xentes agradecidas e institucións foron tecendo arrededor do nome do dutor Darío unha coroa de pequenos e conmovedores homenaxes. Neste ano e medio publicáronse moitas páxinas sobre o labor de Darío Ávarez Blázquez, algunhas de ilustres científicos ( Rof Carballo, por exemplo) e de grandes escritores ( Filgueira Valverde, por exemplo ).
Agora, outubro de 1980, acometer a tarefa de arranxar un gran homenaxe a Darío Álvarez Blázquez é algo doado e sinxelo. Os organizadores, a Comisión, encontrámonos, nun clima tan favorable e aberto, con casi todo feito. O noso labor reducíuse a un pequeneiro traballo material que foi sempre grato pois en todos ( Corporación Municipal, Caixa de Aforros, o escultor Xoán Piñeiro...) atopamos boa acollida i entusiasmo.
Tiña que ser así, non podía ser de outro xeito. Homenaxe debería significar (si a voz non estivese, como casi todo, contaminada e trivializada) agasallo que se lle tributa a un home, ou sexa, a un home de ben, a un home feito e dereito.
Álvarez Blázquez, home que vivíu sementando, devólvelle á palabra homenaxe o seu verdadeiro perfil e a súa música máis lexítima.
Vigo, outubro, 1980
A COMISIÓN
PERFIL BIOGRÁFICO DO
Dr. DARÍO ÁLVAREZ BLÁZQUEZ
"No es una grata esperanza sino una dulce seguridad que arropa a mi alma y alegra los días de mi vida: la de que, hasta que ella-la vida- se oscurezca, todos nosotros, todos los que estamos aquí hoy reunidos bajo la égida ejemplar y siempre presente de Don Gerardo, los de sangre y los consortes, los hijos, los nietos, los sobrinos, los biznietos, somos y seremos uno. Modesta familia provinciana que, del trasfondo de sus ya centenarias vivencias y recuerdos, de entre sus pequeños triunfos, de sus inevitables defectos, de sus horas de dicha o de sus días, por desgracia más largos, de dolor, ha salvado siempre por encima de todo éso que dignifica al hombre y le hace acreedor al perdón de sus yerros y de sus pecados: el amor..."
(Palabras de Darío, no homenaxe a don Xerardo Álvarez Limeses, no centenario do seu nacimento, pronunciadas no useo de -ontevedra o 17 de nadal de 1971).
ESTUDIOS E PROFESIÓN
Nacéu en Tui o 30 de setembro de 1910. Estudióu o bachelerato, por ensino oficial, no Instituto de Segunda Enseñanza de Pontevedra.
Licencióuse en Mediciña e Ciruxía, por Santiago de Compostela, no curso 1931-1932. Doctoróuse pola mesma Universidade (sobresaliente "cum laude"), defendendo a tesis (8-6-1960) "La vida y la obra del célebre médico Francisco Sánchez, "El escéptico", profesor en Toulouse, 1550-1623".
Deantes realizóu o examen de grado (10-6-1950), con la calificación de sobresaliente.
Cursóu en Madrid, no Hospital de San Carlos, baixo a dirección do Dr. Don Carlos Díaz, as especialidades de pulmón e corazón. Obtivo os títulos correspondentes de Médico Especialista do Aparato Circulatorio e de Médico Especialista do Aparato Respiratorio, por O.O.M.M. de 15-11-1962.
Foi Tsiólogo por oposición do Patronato Nacional Antituberculoso e desempeñóu, dende 1936, a plaza de Tisiólogo do Centro Secundario de Hixiene rural de A Guardia.
No ano 1939 emprencipióu os estudios da Facultad de Ciencias Quimicas, en Santiago de Compostela.
Exercéu a profesión en Tui, dende 1932 a 1942, ano en que se trasladóu a Vigo, ao frente de toda a súa familia.
En 1940 leva a cabo un Curso de Tisioloxía no Sanatorio Briñas, de Bilbao.
Poseía o diploma de Inspector Munipal de Sanidad ( A Coruña 30-12-1932).
Foi médico, por oposición, de Asistencia Pública Domiciliaria, con exercicio durante máis de dez anos nesta actividade.
En Tui foi médico civil da dotación da lancha cañonera " Cabo Fradera".
Tamén en Tui foi Profesor Auxiliar de Cátedra de Cencias Naturales do Instituto de Segunda Enseñanza.
Dende o 21 de marzal de 1942 hastra a súa morte exercéu a Medicina en Vigo, a partir do seu primeiro empleo como médico da empresa "Talleres Luis Iglesias".
Foi Médico Xefe do Servicio do Aparato Respiratorio no Hospital da Cruz Roxa en Vigo.
De 1960 a 1966 foi Profesor Axudante de clases prácticas da asignatura "Historia de la Medicina" na "Escuela de Asistentes Técnicos Sanitarios", en Vigo.
Obtivo o título de Médico de Empresa en 1966, exercendo como tal ao servicio de varias entidades.
Foi Médico Xeneral da Seguridade Social, destinado aos beneficiarios da "Mutualidad Laboral de Empleadas del Hogar", dende 1960 deica a súa morte.
Médico-Asesor de "Pescanova, S.A." hastra que se xubilóu.
Foi socio fundador de I.M.E.C.O.S.A.
Foi Médico dos Consulados en Vigo dos EEUU. de Norteamérica, da República Oriental del Uruguay e da República de Venezuela.
" de Tui asimesmo foi Médico de diversas comunidades que lle acretaron longamente a súa confianza: As "Franciscanas de Clausura" do Convento de Tui;"Las Hijas de Jesús", de Vigo; as "Madres Doroteas" de Tui e Vigo; as "Hermanitas del Asilo de los Ancianos Desamparados; os "Hermanos Misioneros de la Casa de Reposo de Nuestra Señora de la Salud" de Teis-Vigo, e, entre outros, de un colectivo étnico: a comunidade xitana de Vigo e seu entorno.
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SOCIEDADES
Socio Numerario da "Asociación de Especialistas de Enfermedades del Tórax de Galicia", 1956.
Membro Corresponsal da " Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla", nombramento obtido en concurso, 1958.
Fundador da " Sociedad Española de Historia de la Medicina, 1961.
Membro correspondente da Real Academia Gallega, 27-2-1967.
Socio Corresponsal da "Academia Médico Quirúrgica de Santiago de Compostela"1969.
Membro Corresponsal da "Sociedad de Médicos, Escritores y Artistas", 1969. Numerario dende 1-10- 1975.
Membro de número da " Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo", 1970.
Socio de número da "Academia Médico-Quirúrgica de Vigo" e socio de Honor.
C O N G R E S O S
Curso intensivo sobre "Medicina del Trabajo en la Industria Pesquera" Madrid, 1966.
Participación activa nas "Terceras Jornadas Médicas Galaico-Portuguesas", Vigo 1968.
Distinción ao "Mérito Científico· pola asúa aportación ao "Sexto Congreso Nacional de Medicina y Seguridad del Trabajo", Vigo, 1971.
Miembro Titular, pola súa aportación, ao "XII Congreso Argentino de Anestesiología" Buenos Aires, 1971.
Asistencia activa ao "XII Congreso Internacional del Cáncer", Buenos Aires, 1978.
PUBLICACIÓNS E CONFERENCIAS CIENTÍFICAS
Necesidades y posibilidades de la lucha antituberculosa en España", Tui, 31-12-1936.del Metil-Propil-Fenol en la neumonía", Tui, 1938.
"Farmacología de la Viríasis". Comunicación no Symposium sobre Viríasis, Academia Médico-Quirúrgica de Vigo, 1959
Francisco Sánchez ·El Escéptico". Un gallego precursor". Pontevedra. Publicaciones de El Museo, 1964.
" Carta de un Médico a los Pescadores". Vigo, primera edición, agosto 1965; segunda edición, San Xoan,1967.
"Sugerencias etiológicas en torno a la paro-amiloidosis portuguesa". Terceras Jornadas Médicas Galaico-Portuguesas. Vigo, 1968.
"Patología específica del pescador. Patología digestiva". Conferencia pronunciada no"VI Congreso de Medicina y Seguridad del Trabajo", Vigo, 1971.
"Hipótesis de trabajo para una posible vacuna anti-tumoral". XII Congreso Internacional del Cáncer. Buenos Aires, octubre 1978.
El XII Congreso Internacional del Cáncer en Buenos Aires", Conferencia pronunciada na Academia Médico-Quirúrgica de Vigo. Nadal 1978,
"La saudade, ¿un síndrome disnímico?. Discurso de ingreso na Sociedad de Médicos Escritores, 1975. Publicado en folleto por Ediciones Castrelos, Vigo, 1979.
LIBROS, CONFERENCIAS E COLABORACIÓNS LITERARIAS
Novelas policíacas, escritas baixo o seudónimo anagramático de Dr. Lázaro Evia: "El fracaso de Clayton", 1938. "A las cinco en punto", 1939. Editorial Letras. Zaragoza.
Durante moitos anos escribíu no "Jornal de Noticias" de Oporto, do que era corresponsal, baixo a rúbrica xenérica de: "Aquí Vigo..."
Colaboróu nas revistas literarias e de pensamento: "Papeles de Son Armadans" de Camilo José Cela; "Vieiros" (México), "Historia y Vida", "Encrucillada", "Galicia", Buenos Aires, etc..
Tamén o fixo, co seu prpio nome ou baixo seudónimos de "Vesícator", "Magister" e"Nemoroso", nos periódicos "Faro de Vigo", "El Pueblo Gallego", "Correo de Galicia, "La Voz de Galicia, "La Noche", e outros.
Publicóu no "Faro de Vigo", unha serie de traballos preconizando a creación de un Museo na Casa da Troya.
É digna de salientar a serie de artículos que publicóu na derradeira etapa da súa vida en"La Voz de Galicia", recollendo as súas propias vivencias da guerra civil, baixo o título de "Historias de fuxidos".
Tamén compre destacar a súa narración publicada na revista "Historia y Vida", tiduada "Historias de la retaguardia nacionalista·, que le valeu o segundo premio do certamen de relatos convocado pola devandita revista.
Ficaron inéditos e quedan pendentes de publicacións dous traballos interesantes: "Memorias de la cárcel", 1947, e "Memorias e Historias de un Médico del Ferrocarril".
Dictóu en diversos centros e datas conferencias en Galicia, Portugal, Madrid e Buenos Aires.
A morte chegóu ao seu carón cando tiña adiantada a redacción das súas "Memorias".
OUTRAS ACTIVIDADES ARTÍSTICAS
Pintóu ao óleo, con máis amor que asiduidade, e foi premiado en outono de 1952 con Medalla de Bronce pola súa obra "Corredoira", na II Exposición de Médicos Pintores Españoles, celebrada en Elche naquel ano. Con dito motivo foi nomeado membro da "Sociedad de Médicos Pintores".
Fixo, algunhas vegadas, crítica de pintura i escultura-
Deixóu inédita unha obra teatral titulada "Cuando se aprende a llorar".
DEPORTES
Amante das actividades deportivas-inda que non practicante, agás a caza e a pesca fluvial n súa mocedade- foi fundador do equipo de fúbol "Arenas de Tui" e directivo do Real Club Celta, sendo, asimesmo, médico de dito Club durante moitos anos.
BIOGRAFÍA POLÍTICA
Neto de Don Emilio Ávarez Giménez, Catedrático de Retórica e Poética do Instituto de Pontevedra e destacado militante do liberalismo galego, fillo de Darío Ávarez Limeses, médico y periodista, abnegado defensor das libertades humanas, polo que sufréu a morte en 1936, Darío gardóu, de xeito indeclinable, fidelidad á tradición galegista e democrática da familia.
Foi Presidente do Partido Galegista de Tui e apoderado de dito Partido nas eleccións xenerais e no Plebiscito do Estado de Autonomía en 1936.
Socio fundador da Editorial Galaxia, viviu sempre a rente dos intelectuais que mantiveron aceso o lume do galeguimo político e cultural.
En 1947 foi detido e posto en prisión, en compaña dun escolleito núcleo de profesionais por pertenecer á UIL, ou "Unión de Intelectuales Libres".
En 1974-75 foi membro fundador da Xunta Democrática de Vigo e de Galicia.
No propio ano 1974 foi fundador do Movemento Socialista de Galicia (MSG), e logo, en razón da fusión diste núcleo con o PSG, pasóu a formar parte diste último colectivo, que deixóu en 1977, logo de participar activamente na campaña electoral do mes de San Xoán de aquel ano,
Tedéu a man nos homildes e nunca teméu dos poderosos.
bes e subo perdoar a aqueles que o tiñan ofendido.
Quedóu a ben coa súa Terra, merecéu o agarimo do seu pobo deixounos a honrosa herdanza do seu exemplo.
NOTICIAS DA SUA MORTE
Ayer falleció en Vigo Darío Álvarez Blázquez
La muerte le sorprendió en su clinica antes de que llegara el primer paciente de la tarde.
Era un médico al viejo estilo, que había nacido en Tuy en 1910
La noticia del fallecimiento repentino de Darío Álvarez Blázquez tuvo ayer tarde un extenso y apenado eco en la ciudad donde era muy conocido y contaba con innumerables amigos. Ávarez Blázquez, de 69 años, murió en su clínica de la calle Marqués de Valladares, antes de que entrar el primer paciente de la tarde.
Un profundo amor a Galicia, en defensa de ya identidad militó sin descanso, junto con una afición por la libertad tenazmente defendida y engrandecida a lo largo de su fecunda vida caracterizan principalmente el perfil humano de Darío Ávarez Blázquez. Nacido en Tuy, en 1910, era hijo de un médico también muy querido en Tuy, que fue fusilado en 1936.
Estudió en Santiago la carrera de Medicina y especialidad de Tisiología en la que trabajó durante sus años de juventud. Discípulo de Nóvoa Santos, ejerció la medicina en Tuy desde el año 1932 hasta 1942 en que se trasladó a Vigo. Fue toda su vida un médico al viejo estilo, de trato directo con el paciente con el que establecía una corriente efectiva que proporcionaba al enfermo una gran seguridad. Partidario de una medicina humanista, dedicaba todo su tiempo a sus pacientes; se ajustaba perfectamente al concepto de médico de familia, del médico inseparable de su enfermo.
Hobre plifacético, cultivó con fortuna varios géneros literarios. Los lectores de La Voz de Galicia han tenido ocasión de leer sus magníficas coloboraciones sobre distintos problemas de Galicia, ajenos a la medicina o relacionados con ella. Es autor de dos libros: "Francisco Sánchez, el escéptici", ensayo sobre el filósofo portugués del que él sostiene que era de Tuy, y "Cartas de un médico a los pescadores". Su literatura, al igual que su medicina, era profundamente humana.
Darío Álvaro Blázquez era también correspondiente de la Real Academia Gallega y Miembro de la Academia de Sevilla. Hoy á las seis imedia será enterrado en el Cementerio de Pereiró. ("LA VOZ DE GALICIA", 8-6-1979)
FONDO PESAR POLO PASAMENTO DO DOCTOR DARÍO ÁLVAREZ BLÁZQUEZ
Fondo pesar produxo en tódolo pobo galego o pasamento do doctor Darío Ávarez Blázquez. Todo isto púxose ben de relevo nos actos de enterro e funerales que onte tiveron lugar en Vigo.
Ás seis e media da tarde, no camposanto de Pereiró, os restos mortais recibiron cristián sepultura, en presencia dos muitos amigos e pobo en xeral que lle deron o derradeiro adeus, unha verdadeira mostra de hirmandade e sentimento.
Na mesma liña a misa de funeral, que foi dita polo P.Seijas, á oito do serán, na igrexa dos Apósteles, na rúa de Velázquez Moreno. Moito antes da hora nomeada o tempro xa estaba totalmente cheo.
O oficiante, no intre da homilía, fixo unha fonda e emocionada lembranza do hirmán Darío. A súa imaxe humán e cristián está e estará sempre connosco-dixo- pois ninguén de nós pode esquecelo. Lembranza humán nesa profesión de sacrificio e entrega hastra finar no mesmo lugar no que a cotío atendía as doencias dos que chegaban en percura de asistencia e de consello, Cristián verdadeiro. Activo sempre. Un dos fundadores da misa en galego das Trinitarias, Por il esta Eucaristía na que todos temos que estar máis unidos que en ningún outro intre. Rematóu as súas verbas co texto publicado no día de onte, no que o doctor Darío Álvarez Blázquez, unha vez máis, chama á hirmandade de tódolos galegos.
A misa dita en galego foi participada por tódolos asistentes, a maioría dos cales recibiron a eucaristía.
Ó final os asistentes fixeron de novo presente o seu pesar ós familiares do doctor Darío Álvarez Blázquez,2e dunha maneira especial ós seus hirmans e fillos.
("EL PUEBLO GALLEGO", 9-VI- 1980)
FALLECIMIENTO DE DARÍO ÁLVAREZ BLÁZQUEZ
Tremendo impacto en la ciudad, y en toda la región gallega y otras de España, causó el inesperado fallecimiento de uno de nuestros más eminentes cardiólogos, el doctor Darío Álvarez Blázquez, ocurrido cuando iba a iniciar su diaria tarea. Personalidad de acusado relieve dentro de la medicina y también como escritor, gozaba de la general estima por sus grandes dotes humanas, sencillez y cordialidad, que se hicieron patentes tanto en los funerales celebrados en la Iglesia de los Apósteles como en el momento del sepelio en el cementerio de Pereiró, a donde acudió una gran multitud de amigos de todas las condiciones y clases sociales. La Junta Directiva de la Asociación de Prensa, en reunión celebrada el mismo día del fallecimiento, acordó guardar un minuto de silencio por la muerte del querido amigo y que se hiciera constar en acta el sentimiento de la clase periodística asistiendo una representación de la misma al acto del sepelio. HOJA del LUNES, expresa su más sentida condolencia por la desaparición del querido amigo y colaborador a sus familiares, en especial a sus hijos don Darío, cardiólago y don Alfonso, teniente de alcalde del Ayuntamiento vigués y abogado, haciendo extensivo a sus hermanos también queridos amigos don Emilio, don Álvaro, don Alfonso y don José María.
( "HOJA del LUNES", 11-VI-1979)
HA FALLECIDO EL DOCTOR ÁLVAREZ BLÁZQUEZ
Inesperadamente, en su propia clínica, victima de un ataque cardíatico de fatal violencia, ha dejado de existir días pasados el Dr. Darío Ávarez Blázquez. Figura de singular prestigio, profesional e intelectual en toda Galicia y en especial para el sector pequero.
A los hombres de mar, y especialmente a los que se juegan a diario su vida en la arriesgada actividad pesquera, ha dedicado el Dr. Álvarez Blázquez desde hace unos cuarenta años de residencia en Vigo, sus desvelos de hombre de ciencia y de profesional humanísimo. Anticipándose a los demás profesionales de la misma clase, siendo médico de Pescanova, S.A. en años inmediatos a la fundación de esta empresa, publicó un libro titulado "Carta de un médico a los pescadores", de suma utilidad para los primeros auxilios que han de prestarse en el mar al personal navegante. Una obra de casi 150 páginas, ilustrada con gráficos, sintomatología de las enfermedades, lista de medicamentos de administración urgente, etc.
Sólo recientemente, desde el año 1965 en que esta obra se publicó, se ha intentado llenar este vacío de asistencia social después de la iniciativa humanitaria del Dr. Álvarez Blázquez.
Su personalidad era compleja, rica en facetas positivas y progresistas, superando desgracias personales injustamente provocadas, y manteniéndose siempre en vanguardia para la defensa de sus ideas por el triunfo de la democracia y la emancipación y engrandecimiento de Galicia.
Recibió sepultura en Vigo, cementerio de Pereiró, acto elocuentísimo que ha congregado a amigos, centenares de personas de Vigo y del resto de Galicia.
Enviamos a los familiares del extinto, y en especial a su esposa doña Carmen Gándara y a sus hijos, nuestros dilectos amigos, la expresión de nuestra condolencia más sincera.
(·Industrias Pesqueras", 15-VI-1979)
SEPELIO DEL Dr. DARÍO ÁLVAREZ BLÁZQUEZ
Millares de personas acudieron en la tarde de ayer al cementerio de Pereiró para asistir al entierro de los restos mortales del doctor Darío Álvarez Blázquez, cuyo sepelio constituyó, en verdad, una impresionante manifestacón de duelo, ya que entre los asistentes al piadoso acto se encontraban personas de todas las clases sociales y partidos políticos. El féretro iba envuelto en la bandera gallega y como último homenaje eran docenas las coronas y ramos de flores. Una de ellas formadas con flores azules y blancas con expresiva dedicatoria de la Xunta democrática.
Los paseos de la necrópolis resultaron insuficientes para el tránsito de cuantos querían decir su último adiós al amigo desaparecido y expresar su condolencia a los familiares. Entre los presentes estaban el alcalde Manuel Soto y numerosos miembros de la Corporación, así como el ex alcalde García Picher, parlamentarios y miembros de los partidos políticos, médicos, abogados, intelectuales y artistas gallegos, en una cita multitudinaria cerca de quien gozó de las máximas simpatías por su bondad sencilla y su hombría de bien.
Posteriormente, en el solemne funeral oficiado en el templo de los Apóstoles. la iglesia resultó insuficiente y muchos fieles hubieron de seguir la ceremonia fúnebre desde la calle.
"FARO de VIGO" reitera su expresión sincera de condolencia a la viuda, hijos, hermanos y demás familiares del doctor Álvarez Blázquez, con cuya desaparición pierde Galicia uno de sus hombres significados de más clara, honesta y sencilla trayectoria de amor a la tierra, a la patria y a las gentes, demostrada día a día en su trabajo profesional, en sus escritos y en el trato directo. Descanse en paz Darío Álvarez Blázquez.
("FARO de VIGO",9-VI-1979)
AYER RECIBIERON SEPULTURA EN VIGO LOS RESTOS
DE DARÍO ÁLVAREZ BLÁZQUEZ
Resulta imposible de calcular el número de personas que acudieron ayer a despedir los restos de Darío Álvarez Blázquez, fallecido repentinamente en la tarde del jueves cuando se hallaba trabajando en su clínica.
Entre los numerosos asistentes se hallaban el alcalde de Vigo, concejales y altos funcionarios del Ayuntamiento, parlamentarios, académicos de la Gallega, escritores, periodistas, médicos y, en general, amplias representaciones de todas las capas sociales, destacando la presencia de vecinos de Tuy, ciudad de la que el extinto era natural y e la que toda su familia goza de amplia estima.
El féretro, cubierto con la bandera gallega fue trasladado a hombros hasta el nicho del cementerio de Pereiró en el que recibió sepultura en medio de gran silencio.
El ilustre médico, escritor y galleguista destacado, se fue como había Vivido; rodeado de afectos y apretado a la bandera de la Galicia por la que luchó siempre.
("LA VOZ de GALICIA",9-VI-1979)
P A L A B R A S D O S A M I G O S
Ha muerto el doctor Darío Álvarez Blázquez
Con el fonendo colgado del cuello y el aparato de rayos X conectado, entre recetas, libros y fármacos, dejó de existir ayer el doctor Darío Álvarez Blázquez, personalidad cuajada de médico humanista, miembro de una familia de intelectuales con varias generaciones de historia y proyección en la vida gallega. Tudense de nacimiento, cursó la carrera de medicina en la Universidad Compostelana, en la que fue profesor de Historia de la Medicina, combinando, desde muy joven, la clínica y la investigación, que daría fruto en tantos bellísimos artículos y en libros comoinolvidable "Carta de un médico a los pescadores" y su estudio sobre "Francisco Sánchez, El Escéptico", glosa y análisis de la obra del gran filósofo tudense, que él ayudó eficazmente a conocer en su tierra. Miembro de varias corporaciones, entre ellas la Academia Gallega, estaba en posesión de distinciones y premios, a los que nunca dio importancia su discretísimo proceder, arropdo en aquella humanidad recia y suave a un tiempo. Su hablar pausado, su palabra como ajada, como si tuviera siempre un dolorido sentir que garcilasianamente no podríais quitarle desde que la tragedia se cernió sobre su familia, un infausto día de hace cuarenta y tres años, el diálogo con don Darío era lección permanente, de un enciclopedismo semejante al de feijóo, cuyo "teatro crítico" tanto amaba y del que recordamos en su clínica una edición príncipe muy hermosa.
Con el fallecimiento del doctor Álvarez Blázquez pierde Galicia uno de los más eminentes cardiólogos, uno de sus humanistas y, en definitiva, una de las peronalidades más humanas, en que la bondad y rectitud eran una sola cosa. Amante de la plástica, pintaba jugosamente y escribía con inefable belleza sobre la pintura de sus amigos. Todavía recientemente obtuvo uno de sus habituales éxitos con su comunicación al congreso mundial de Cardiología desarrollado en Buenos Aires, donde vivió un curioso incidente que contaba como lección de repugnancia ante la violencia de la fuerza, Inolvidables, para quienes le tratábamos, eran las conversaciones mantenidas en su clínica, mientras atendía a gitanos y menesterosos a quienes no sólo no cobraba la consulta sino que regalaba medicamentos y daba unos duros, convencido de que las lesiones pulmonares tenían mucho que ver con la inadecuada alimentación.
Descanse en paz el amigo, el intelectual, el gallego recto y ejemplar, amante apasionado pero equilibrado de su patria. Pervivirá en nosotros mucho tiempo aquella su figura atildada, irreprochable la corbata blanca, suave el decir, puntual el ofrecimiento para cualquier necesidad, Nuestro sentido pésame a su viuda, a sus hijos, don Darío, cardiólogo, y don Alfonso, abogado y teniente de alcalde del Ayuntamiaento vigués; a sus hermanos don Emilio, don Álvaro, don José María y don Alfonso. Dios acogerá a su lado a un hombre bueno, en el buen y único sentido machadiano de la palabra.
PABLOS
("FARO de VIGO",8-VI-1979 )
In Memoriam
RECORDANDO A UN QUERIDO COMPAÑERO QUE SE NOS FUE
Darío Álvarez Blázquez, nuestro colega y amigo acaba de morir en acto de servicio, al pie de un paciente a quien dedicaba sus siempre solícitos cuidados, fulminado por una traidora e inesperada dolencia que ataca preferentemente a aquellos que en este atribulado mundo en que vivimos, acusan los enexorables efectos de tensiones acumuladas por la convivencia ciudadana y el quehacer profesional.
En casi 50 años en que hemos convivido con él, hemos podido valorar sus magníficas cualidades profesionales, y todo aquello que ha dado motivo para que el entorno social en que se desenvolvió, han permitido en estos momentos en que se hace balance de su recto y fructífero camino a travás de 68 años de su vida, se le califique"como el intelectual gallego, recto, ejemplar, apasionado y equilibrado de su patria".
A lo largo de este dilatado tiempo, hemos llegado a comprender que todos aquellos problemas que por su categoría podían llegar a contribuir a mejorar las condiciones para hacer de Galicia, su tierra natal, algo ponderable y útil, tenían en su pluma un decidido y poderoso defensor.
Permítaseme, pues, en recuerdo y ofrenda a su memoria en esta página de El Pueblo Gallego, que en estos últimos meses viene acogiendo numerosas apelaciones en favor de nuestra riqueza piscícola, transcribamos íntegramente un párrafo de uno de sus artículos publicados hace ya años en la prensa hispano-portuguesa.
"Hace 300 años que los españoles y portugueses andaban a palos por un salmón de más o menos peso, cuando estos peces saltaban a cientos corriente arriba del Miño.
" Si bien (que al menos según la comedida cuenta)- se refiere a una antigua cantiga gallega divulgada a través de la labor cultural de la Caja de Ahorros de Vigo- la lucha terminaba siempre con una alegre fiesta en que el vino y el baile trazaban nuevamente la paz, y la camadería entre las dos orillas.
"Desde entonces hasta hoy, los salmones fueron a menos y los palos trocaron en armonía perfecta. Parece como si la escasez lejos de exaltar los ánimos, los aplacase. Porque quizá no valga la pena que la sangre llegue al río por dos salmones que le quedan como recuerdo.
"Unos y otros han comprendido que vale más dejarlos tranquilos en espera de que crezcan, que engorden, que tengan muchos hijos y miles de nietos, para volver a reñir algún día por algo que merexca la pena, porque hoy, el río Miño quizá sólo albergue en un inmenso caudal esa mínima pareja que llevó Noé en su Arca, para que el mundo pudiese seguir siendo mundo".
Creemos, pues, que cuando en años futuros se haga balance de las causas del desastre a que va a llegar este poderoso cauce calificado"como gran símbolo de nuestra tierra y espina dorsal de Galicia", este párrafo que hemos transcrito del gran médico humanista que hemos perdido, podra unirse a las múltiples apelaciones que a lo largo de los distintos medios de comunicación hispano-portuguesa, están dando la voz de alarma para que nuestro ente regional autónomo, ponga cartas en este asunto tan trascendente, haciendo ver a la Administración del Estado, cuál es el camino a seguir en un problema que si no se remedia, es ya trascendental y lo va a ser más en el futuro para nuestra región en los órdenes económico y social, de aquellos residentes en la zona del agro, del tramo hispano-portugués, va a recibir la demanda de servicio que el río contiene en bien de la capacidad energética, generada por sus turbulentas aguas sin haber hecho concesión alguna que pueda compensar la dávida que produce y sin tener en cuenta para nada, la gran riqueza piscícola que a lo largo de los años se viene destruyendo.
Dr. A. RUIZ MARTÍNEZ
("EL Pueblo Gallego",9-VI-1979 )
RECUERDOS DEL QUERIDO TUDENSE
DARÍO ÁLVAREZ BLÁZQUEZ
La triste e inesperada noticia del fallecimiento del querido tudense, Darío Álvarez Blázquez, fue justo motivo de trasladarse a Vigo cientos de tudenses, para dar un adiós emocionado al paisano, amigo y compañero Darío Álvarez Blázquez. El Dr. Álvarez Blázquez, fue un modelo de tudense ilustre, un tudense del cual nosotros siempre nos sentiremos orgullosos; por todas sus virtudes, por sus edificantes condiciones de olvidar y perdonar; una condición de auténtico cristiano que desearíamos poder continuar como homenaje a un hombre de cultura excepcional, cultivador en diversidad de facetas literarias-culturales, sin olvidar nunca el estudio y dedicación constante en su profesión de médico e investigador, colocando siempre, quizás sin percibirlo su humanismo en un lugar preferente, acompasado por su trato sumamente amable y cordial.
Don Darío, como todos los tudenses lo conocíamos, fue siempre merecedor del cariño de todos nosotros. Siempre, cuando se le pedía su colaboración para algo que su persona era necesaria, decía que sí. Y el Sí de Darío era algo que no olvidaría, algo puntual y de afirmación perecedera que rubricó con su trabajo constante de médico sin descanso y puntual, que únicamente podría truncarse así, con su muerte...
Querido amigo Darío, tú mereces este homenaje que te rindió Galicia entera, cuando acompañó tu cuerpo a la última morada. Amaste las flores y fuiste rodeado de ellas, pero todos sabemos que tu corazón parado volvió a latir cuando te sentiste arropado de tu querida bandera de nuestra tierra; tú la amaste profundamente, te sensibilizabas al hablar de Ella; trabajaste sin descanso para conseguir colocarla en un lugar que le correspondía. Tú fuiste un padre ejemplar, pues siendo padre de dos hijos, los queridos tudenses Darío y Alfonso, se nos olvidó esta realidad, ya que en momento de testimoniar nuestro pésame a tus dos hijos, cuatro hermanos y demás familiares, todos, sin distinción alguna, me parecían hijos tuyos. Ciertamente no pude decirles nada, ni una sola palabra, un nudo se me formó en la garganta.
Solo quiero decirte que fuiste merecedor de esa gran esposa y mujer, que sufrió contigo los días de amargura de tu vida, y acompañó con su peculiar sencillez los días de alegrías y éxitos. Fuiste merecedor también de esa familia ejemplar y única que siempre rodeó tu vida y, ellos también de ese padre que tú fuiste y que ahora perdieron para siempre en esta tierra, para ahora tenerte muy cerca de Ser Supremo, en el cielo, como justa recompensa de perder tu presencia física entre nosotros, la que jamás podremos olvidar. Espiritualmente siempre seguirás aquí, con nosotros, seguirás acompañando a tu familia, a tus amigos, a tu bandera, a todos...
ALBERTO ESTÉVEZ PIÑA
("FARO de VIGO", 12-VI- 1979)
NA MORTE DE DARÍO
Non é doado facer o pranto pola morte dos amigos fraternos, que a door embaza as verbas. Levouse Deus a Darío, tan noso que non acabamos de creer que poida faltar da nosa veira a súa presencia corporal, tal é o valdeiro que deixa. Haivos homes que enchen mito espazo nas vidas dos demáis, e homiños cativos que, por máis que queiran, non saben atopar nelas un miúdo recanto. Tanto máis acadan os primeiros cantos máis deberes saben crearse, pra cumprilos; tanto menos os outros cando viven do "rudo encono" da inxuria e da liorta.
Hoxe andan en desuso as verbas que denantes exeitábanse ao alongamaento agrexio do esprito: "magnanimidade" que é a grandeza da ialma, e do ánimo frente as adversidades. Do mesmo xeito que a El-Señor chamámoslle, analóxicamente, o Alto, apricamos a estes seus seguidores unha valoración de mensura, de grandor; mirámolos como unha largacía, como un inzamento, como tenxas sen marcos, como espellos de crara fondura.
Ven a conto esta matinación miña, porque o mundo de xente que acodíu ao enterro de Darío Álvarez Blázquez e cantos agora fan o comento das virtudes que atesouraba e dos sucedidos da súa vida, o primeiro que din e dos sucedidos da súa vida, o primeiro que din é "qué grande home perdemos". Logo fálase na firmeza da súa amistade, na xenerosa fartura das súas bondades, da súa presencia de ánimo, de aquel seu saber curar con cencia, pacencia e agarimo, da homildanza da súa erudición, tan segura, tanto no terreo das ciencias como no da historia- lembramos o seu "Francisco Sánchez"- da habelencia do narrador, da calidade da súa prosa, da sinceira relixiosidade...Leemos e releemos o derradeiro mensaxe, escrito xa na premonición da súpeta morte. E abondan as dúas verbas pra decilo todo: "home" e "grande". Palabras luídas pola usanza, como dondos croios de río, que recobran brillo e gume cuando atopan un axeitado seo.
Cada quen guardará unha imaxe viva de Darío. Os que un día moramos cabo dél, en tempos ledos de mocedade e logo soupemos das amarguras que o feriron, os testigos de tantas facetas da súa bondade, sempre a mesma e sempre anovada nos trafegos cotiáns... E non coidamos somentes nél, senón nesa xenia impar que de Álvarez Giménez pra acá ven dando á Terra tantas figuras exemprares: "toda Galicia vai nela". Vivíu a estirpe e remanece nela; vive en todos nós; durme na man de Deus eternamente...De certo, con Maragall, podemos decir dunha morte como a súa que foi unha meirande, unha mellor nacencia.
XOSÉ FILGUEIRA VALVERDE
("FARO de VIGO",17-VI-1979)
D A R Í O
Hay noticias que no pueden, que no deben creerse, y que sin embargo son terriblemente ciertas. Regreso de un viaje y a pleno sol, en la plena primavera, me comunican que Darío Álvarez Blázquez lleva ya varios días muerto. Me aferro a que no puede ser, pero es. No son sus largos saberes profesionales, ni sus estupendas condiciones de escritor las que ahora me llegan al alma. Es el amigo a quien lloro. Porque entre los pocos amigos de verdad que uno tenía y que ya han desaparecido, "sicut navis, sicut soles, velut umbrae...", estaba Darío. Nos unían muchas cosas.
Un diálogo de comprensión sobre personas, casos y cosas; nuestros recuerdos universitarios de Compostela; nuestro común cariño a su Tuy natal, donde está la casa de mis mayores, las penas, los silencios y las esperanzas, los libros en que concidíamos... Entre Darío y yo, podía perfectamente hablarse de las gohetianas afinidades electivas. En fin...
Ante esta amistad profunda y compartida siempre, me vuela al recuerdo aquel ensayo maravilloso de Montaigne en el que puso lo mejor de su espiritu, que se rotula, precisamente "DE la amistad", que está dedicado a Ernest de la Boétie y en el que Montaigne admiraba " un alma de temple antiguo y una amistad de las que la antigüedad nos dejó para recuerdo". ¿ Cae ahora llovizna o es que llueve en mis ojos?
Entre los recuerdos entrañables que de Darío guardo, figura un bello y cariñososísimo artículo que que me dedicó hace años en el "Jornan de Noticias" de Oporto- del que era corresponsal especial en Galicia- con motivo de habérseme concedido el premio "Maiano de Cavia". Pocas cosas conservo con tanto cariño.
Escribo estas breves líneas de urgencia - si pudiera ser, con correo al cielo - con el corazón hasta los bordes.
JOSÉ MARÍA CASTROVIEJO ("HOJA del LUNES", 18-VI- 1979)
In Memoriam
Darío Álvarez Blázquez
La Voz, me trajo la muy mala noticias de que murió Darío Ávarez Blázquez. Por la redacción de la noticia, entiendo que su muerte fue inesperada y repentina; desde luego en edad de la que todavía podíamos esperar mucho fruto. He sido lector asiduo y concorde de cuanto escribió en este periódico y tuve la suerte de conocerlo personalmente en la comida que los colaboradores de La Voz tuvimos el verano pasado: sentado frente a él, tuve ocasión de aprender un montón de cosas de las que no están en los libros, sino en la ejecutoria vital honrada e inteligente de hombres como él.
El doctor älvarez Blázquez ha dejado en las páginas de La Voz un largo relato sobre los primeros "huidos" con el que disfruté, reflexioné y aprendí mucho. Y, más que aprender Historia - que allí había mucha -, aprendí humanidad, generosidad y otras cosas que hoy, entre locos crispados que somos, suenan a cursillería, cobardía o falta de convicciones.
El padre del doctor Ávarez Blázquez fue asesinado en Tuy, en 1936, por los llamados "nacionales". Darío Ávarez Blázquez y otros familiares también tuvieron problemas y apuros; puede añadirse que, durante cuarenta años, Darío vivió prácticamente en el exilio interior: sus ideas no eran de recibo; es más, pertenecía a una especie singularmente odiada, la de los gallegistas, que eran - como ya tuve ocasión de escribir hace tiempo - algo tan molesto e insólito ¡¡¡ en Galicia!!! como si en Madagascar estuviéramos.
Pues bien, de aquellos artículos de Ávarez Blázquez se aprendía Historia, pero no historietas. Historia, claridad absoluta para ciertos hechos, causas y actores responsables, pero no las historietas con que uno de cuatro españoles puede abrasar al prójimo para hablarle de los "malos" y de lo muy agusto que los despacharía de cuatro tiros en la barriga. La serenidad y generosidad con que Ávarez Blázquez nos contó aquella Historia fue algo insólito y ejemplar en aquel momento en que unos no querían la amnistía ni a tiros y otros la "exigieron" para seguir pegando tiros a diestro y siniestro. Aquellos artículos en La Voz fueron para mi la confirmación de que humano puede seguir siendo el adjetivo que califica por antonomasia al hombre.
Por aquellas fechas tuve el atrevimiento de agradecerle la lección dedicándole uno de mis artículos. Me lo agradeció seguramente más que el Conde de Lemos a Cervantes "EL Quijote". Ahora reincido, con esta nota, que desearía que no fuese desarcertada y que cierro reiterándole mi recuerdo y mi más vivo agradecimiento a cómo supo hacer Historia de lo que, con razón, pudo haber sido la teima de su vida.
JUAN JOSÉ MORALEJO ÁLVAREZ
( "La Voz de Galicia", 23- VI- 1979)
CARTA ( DÚAS SEMANAS DESPÓIS )
A Darío Álvarez Blázquez
Benquerido Darío :
Fágote xa definitivamente instalado no ceo dos "bos e xenerosos" á veira de Castelao e Bóveda, á carón de Rosalía e do Padre Sarmiento, pertiño de Nóvoa Santos, de Curros Enríquez, de Manuel Murguía, de Otero Pedrayo, de tanta xentiña de nós.
Dirás, meu inesquencible, meu entrañable amigo, que a miña carta, que esta miña carta, é serodia, tardía. Non me foi posible, Darío, facelo antes. Apelo, de novo, á túa comprensión, á man quente e sabia da túa comprensión, á man quente e sabia da túa comprensión, unha das túas mellores virtudes.
Hoxe, sábado, día 23 do mes de San Xoán, escribo esta carta que non sei si remataréi. Seis, sí, que o pouco que levo escrito non concorda, no ven moito a cadro nin xiquera me libera un pouco. Son consciente de que estóu a facer (sin querelo) literatura, literatura, por outra parte, que nin é boa nin axeita. Alguén dixo hai tempo que o escritor fai literatura pra defenderse das ofensas da vida. Nembargantes, meu amigo, eu non atopo acougo nin consolo sin axuda pra tanta ofensa, pra tanta soedade.
Logo fará un mes que empezóu a nosa orfandade, e moitos de nós, calados. No meu caso era posible falar, ou sexa, violar o silencio. Fágoo hoxe mal, cunha chea de dificultades e violentando as palabras. O certo é que nestas dúas longas semanas botéi man dos teus libros, púxenos derriba da mesa de traballo e hasta toméi algunhas notas. ¡ Inútil! Os libros siguen diante de min: veleiquí está a túa biografía sobre o gran filósofo de Tui, Francico Sánchez, pensador escéptico e retranqueiro no século XVI; veleiquí está o teu fermoso discurso sobre a "Saudade como disnímico" co que ingresache na Sociedade Española de Médicos Escritores; están tamén os recortes da serie dos "Fuxidos", estupendas e afervoadas páxinas coas que estabas a arranxar un libro que eu pensaba prologar, que eu prologaréi neste vran cando túa "fuxida" pareza menos intolerable.
Mentras tanto sabemos que estás, no ceo de Breogán, nesa fonda carballeira de galeguidade e humanismo, na compañía de Castelao, de Bóveda, de Rosalía, de Nóvoa Santos, de Otero Pedrayo...Nesas xuntanzas de "bos e xenerosos" estarás tamén á carón de teu pai, un dos mártires tudenses do 30 de outono de 1936. Imaxino o voso reencontro, non sei si de pai e fillo ou de irmáns, porque Don Darío- como aínda lle chaman en Tui- vai reconocer en ti ó home que, novo e sin pai, supo ser, naqueles tempos de vento bravo e de xiada, pai, conselleiro e guía dos teus irmáns pequenos.
Nestas dúas semanas, aínda con teus libros diante de min, adiquéi o meu tempo de "ocio" a outra tarefa literaria ou erudita. Remexín nos meus papeles, percuréi vellos periódicos e volvín a un tema que tiña na axenda dos propósitos dende o ano 1967. Nestes días lin de novo as páxinas de Don Manuel Leiras Pulpeiro, escritor y médico coma ti, home de ben coma ti, profesional que, coma ti, exercéu o seu humanismo en terra e tempo de dificultades. Ben pensado, non che fun tan desleal. Leiras Pulpeiro, apóstol da Medicina en Mondoñedo a fis do século pasado e comenzos deste, está entre os meus amigos, entre os poetas i entre as miñas devocións éticas.
Darío: Sei que disculparás esta mal enfiada e pouco axeitada carta. O meu, nesta ocasión, era continuar no silencio. Emitir un xesto público é unha concesión á sociedade aínda que o xesto non traduza a nosa door, a mágoa da nosa soedade. Unha aperta inmensa de agradecemento e tristura.
XESÚS ALONSO MONTERO
("FARO de VIGO", 24-VI- 1979 )
ESCEPTICISMO Y PERPLEJIDAD
Ha fallecido estos días en Vigo un buen amigo, médico y escritor, el doctor Darío Álvarez Blázquez. Un enamorado de Galicia. Su gran vitalidad, su empuje, cedieron ante el cansancio del corazón generoso. Hace algún tiempo habló en Madrid, en la Sociedad de Médicos escritores, sobre la "saudade", a la que consideraba un "síndrome disnímico", una enfermedad del alma. Escribió un libro sobre Francisco Sánchez, "el escéptico", con un subtítulo: "Un gallego precursor". Los portugueses consideran suyo al gran filósafo escéptico, por larazón poderosa de haber sido bautizado en Braga. Pero hay el dato irrefutable de que para ingresar en la famosa Facultad de Medicina de Montpellier, el 21 de octubre de 1573, firmó la solicitud: "Yo, Francisco Sánchez, nacido en la ciudad de Tuy..." En la discusión sobre la cuna del filósofo del "Quid nihil scitur", del "nada se sabe" han intervenido muchos autores, puntualmente reseñados por Darío Álvarez Blázquez en su libro. La razón de estas indecisiones eruditas parece encontrarse en el probable origen del converso filósofo, emparentado con la judía Antonieta López, madre del señor Miguel de Montaigne, también un escéptico.
Entre Tuy y Braga- ¿ qué más da?- es punto seguro que Francisco Sánchez nutrió su escepticismo junto a las aguas del Miño y así nos lo sitúa Eugenio Montes, siempre notálgico de los ríos galaicos, encuéntrese donde se encuentre. Pasear ccon Eugenio Montes por Berlín, Viena o París es como llevar cogido del brazo al Sil o al Miño. Los mismos meandros, los remansos gratos, mientras vociferan las bocinas de los autobuses, indignadas: los mismos rápidos deliciosos y el brusco parón. Otro de los defensores del nacimiento en Galicia de Francisco Sánchez fue el arzobispo de Compostela don Manuel Lago González, en cuya biblioteca en liquidación encontré, sieendo estudiante, un tomito de otro judío insigne, el filósofo Martain, dedicado de su puño y letra a un enigmático P.Pérez.
Decir que "nada se sabe· es cai lo mismo que creer que "todo se sabe". Las dos cosas están, sin caer en ella, en los umbrales de la soberbia. Ni siquiera el "solo sé que sé nada" se salva del reproche de poca humildad. Probablemente algo, no mucho, es lo sabemos. Seguro que esto es lo que pensaba Darío Álvarez Blázquez, al que en su entierro acompañó todo su pueblo, que le quería como se quería a los médicos en su tiempo, como algo que forma parte del paisaje dramático de la vida.
Arguye Darío que la Z de Sánchez no es en forma alguna portuguesa, sino española y con ella firmaba el "Escéptico". También que en su biografiado lo galaico puede con lo judío, haciéndole pasar del escepticismo a un comienzo de "saber médico experimental". Con cantarín acento galaico explicó Sánchez Medicina en la Universidad de Montpellier, entre intuiciones y errores, nunca dogmático. Más bien perplejo.
Para reforzar sus argumentos, el doctor Darío Álvarez Blázquez atribuye al filósofo escéptico y al médico naturalista esa condición dubitativa, parsimoniosa en el contorneo de la verdad que se asigna a los hombres de mi tierra gallega. Laín dice que el escepticismo de Sánchez se refería a las esencias filosóficas, no a la médicina, en la que es uno de los iniciadores, con sus autopsias y reflexiones, del camino de la modernidad.
El mejor homenaje a mi amigo es repensar su obra a la luz de nuestra perplejidad actual. El hombre de hoy - y el español en grado superlativo- no sabe por donde tirar. ¿ Saldremos del atolladero, de la ciéniga, de la desesperación o de la mediocridad, como quiera llamársele ? Una vez más en la historia del hombre somos todos héroes perplejos. Desde Sófocles a Beckett, el héroe que más fuerza teatral irradia es el hombre de la perplejídad. Perplejo Creón ante Antígona, Edipo ante Tiresias, "¿Quién soy yo? ¿Un sueño o una realidad?"", se pregunta Segismundo. "¿ Qué es mi señor don Quijote, un gran caballero o un loco?", se interroga Sancho Panza; también él, a su manera, un héroe perplejo. En la perplejidad de sus vidas se torturan todos los hermanos Karamazov y una de las cimas más peculiares del arte de nuestro siglo es alcanzada por Samuel Beckett, del que ha podido afirmarse enlaza directamente con Shakespeare. La perplejidad de Hamle inaugura- sostiene Adorno- la alieenación del mundo burgués. Alienación quiere decir sencillamente que es una fuerza extraña a nosotros no nos deja ser lo que realmente somos. Ser o no ser: no es ésta únicamente "la cuestión". La cuestión sería - este el resumen de setenta años de psicoanálisis- que nos dejasen ser ese hombre capaz de amor en forma constructiva y creadora que, en forma más o menos escondida o enmascarada, todos anhelamos.
Hoy "la cuestión" es que el hombre no cre como Francisco Sánchez que nada sabe, sino todo lo contrario, que se sabe todo y que la razón puede arreglarlo todo en un mundo cada día más desarreglado. En las reuniones mundanas nunca falta la señora que nos dice, admirativa: "¡ Oh, la ciencia! ¡ Cuánto se sabe!" Y la televisión y los diarios lo repiten. "¡Para qué angustiarse! ¡Pronto la ciencia nos dará el secreto de todo!".
Cuatro siglos después de que el gallego-portugués, el hombre del Miño, Francisco Sánchez, afirmó "quod nihil scitur", que nada se sabe, los dos personajes de "Esperando a Godot" dicen, uno, Vladimir: "No se puede hacer nada"; Estragón: "No hay nada que hacer". Al "nada se sabe" sucede el "nada se puede".
En la caravana de "héroes perplejos" no hay que olvidar a "El Otro", de Miguel de Unamuno. En el que está Beckett anticipado, aún en lo más secreto, en el anhelo de retornar más allá del momento de nacer, al seno indiferenciado de la madre. La duda en "El Otro" afecta a lo más medular en el hombre: su identidad. ¿Soy yo yo mismo o soy mi hermano gemelo? ¿Soy el que ha muerto o soy el asesino? Strindberg y a Ibsen, que enlaza a Sófocles con Beckett, obra cuya importancia no ha sido aún debidamente valorada en el teatro contemporáneo de todo el mundo. ¿No habrá en ella esa posibilidad de sacudida que en este momento necesitamos para que podamos darnos cuenta de que la envidia, vicio universal, en nosotros se convierte con facilidad excesiva en envidia cainita, primero, y más tarde en impulso autodestructor?
Críticos muy sutiles han analizado la alineación o enajenación del mundo actual en Samuel Beckett. ¿ Enejenación o enfermedad? se pregunta un social-demócrata sueco en un libro así titulado. Para Hans Lohmann este es el problema más grave de la "sociedad de la abundancia". Para él, la prioridad absoluta de todo movimiento revolucionario que esté a la altura de los tiempos es la felicidad del hobre y, por consiguiente, una buena salud de la mente. Desatender esto significa descabalar de manera irreversible y con consecuencias que pueden ser trágicas los proyectos más sabios y ambiciosos de corregir la desigualdad social y la penuria económica. Sí no anteponemos la obtención de una mejor "calidad de vida" al "producto social brut" y al fetichismo del crecimiento económico, se producirá una "alienación" del hombre mucho más grave que la que se combatía por el socialismo clásico. Estaría determinada por el imperio de lo que él llama "la irracionalidad del racionalismo". En España, como estos días ha señalado Augusto Assía, estamos al parecer a varios años luz de estos puntos de vista.
Aquí nos reímos, insensatos, de toda "prospectiva científica", ignorando que el hombre, hoy, no tiene ante sí más que un problema: sobrevivir. Ante la destrucción de la Naturaleza, por nuestro empeño en dominarla, ante la destrucción del hombre, por olvidarnos de los factores psicosociales que de manera progresiva le disgregan y envilecen, no hay lugar ni para el escepticismo ni para la perplejidad. Hay que "proteger a la Naturaleza", pero también hay que "proteger al hombre", Urgentemente, dice Lohmann, con una ciencia "al servicio de lo humano". Esta es la revolución que se prepara, más allá de la perplejidad y del escepticismo. Francisco Sánchez y Darío Ávarez Blázquez estarían conformes.
JUAN ROF CARBALLO
("ABC",julio 1979")
Palabras en la tele
IMPROMTUS SOBRECOLORES - I
Un día de mayo - o junio - me llamó mi viejo y querido amigo Manuel Cerezalez para pedirme seis minutos en dos veces destinados a la Tele. Se trataba, al parecer, de un mínimo repaso y oportunidad que se daba a los escritores tenidos, como se sabe por indeseables para asomarse a la vociferante ventanilla a no ser que fuesen noticia. Una grave enfermedad, un cacharrazo de cualquier origen, pues automóviles no suelen tenerlos, o un premio de cuatro millones de la lotería Lara. Bah, pensé, al fin hay alguien en aquellas anfractuosidades administrativas puesto a demostrar que la televisión no es "el opio de los pueblos". El tema sería libre con tal de que no fuese político o que, en la intención, no lo pareciese. Le mandé uno y lo pasó enseguida. A los pocos días escribí el otro que corrió la misma suerte...
Yo no he visto ninguno, pero los resultados, me dieron la clave de qué se publican y se pagan tanto los anuncios del jabón en polvo, de los objetos de la higiene íntima o de una nueva papilla para los niños; es decir, su eficacia vendedora administrada por las astucias de la teoría y la práctica consumistas. Con esto testimonio al lector mi asombro por haber recibido tantas cartas cómo las que dicen que les llegan al señor Escobar o cualquier cupletista por el estilo, En ellas, por la mayor parte, se me pedía una copia de lo dicho, ya que la velocidad de su enunciación en la pantalla no dejaba percibir "el deleite y perfección del estilo" como dice amablemente el señor J.L. Gómez, de la provincia de Badajoz.
Tan repentina notoriedad me causó alegría y bastante asombro, e incluso me rozó la sospecha de si no habría podido escribirlos mejor, que problabemente hubiera sido peor dadas las inclinaciones de tendencia laberíntica y barroca que suele tener mi estilo a poco que me descuide. Por cierto, en este alud epistolar se entretejió un muy triste acontecimiento.
A la llegada de una de mis mudanzas, casi todas ellas profesionales y casi nunca vacacionales, me encontré con unas líneas conmovedoras de amistad y de inteligencia de mi amigo el doctor Darío Álvarez Blázquez. Como venía manuscrita yo la contesté del mismo modo lo que para mí es una tortura en vista de que tengo tan mala letra que incluso abarca a mi escritura mecanográfica. Eché la carta al buzón, y al llegar al café me dijeron que el entrañable Darío había muerto dos semanas antes. La carta pue, llegó póstuma a sus familiares y yo le envié la originaria a su hijo Alfonso con quien me une la misma vieja y trnsparente amistad que con todos los de la gens Ávarez Blázquez. En este punto mismo me puse a copiar los originales televisados que el publico ahora, dedicados a su querida memoria. Ahí van pues, en dos partes para no agobiar su presencia en la letra de molde.
A mí me parece que ha llegado el momento en que los escritores españoles nos asomemos a esta pantalla como siendo de alguna parte concreta además de españoles. La España actual es resultante de cinco siglos de convivencia, no siempre cómoda; quiero decir a gusto de todos, pero queestá ahí y que resultaría inútil y banal tratar de descuartizarla; pero que, en cambio, resultaría muy provechoso, además de urgente, intentar reactualizarla o sa reactivarla de otro modo, que en el fondo viene a ser el mismo, o sea el de su auténtica realidad.
Para que nos resulte algo más que un nombre sacralizado e intangible por los usos y abusos del dogmatismo retórico, patriotero y "comprometido", habría que volver a sus raíces que ahora rebrotan midiendo la palabra e incluso su palabra, es decir el uso de las lenguas, que no tienen que ofender a nadie porque son, lisa y llanamente las otras lenguas de España.
España no ocurre en términos abstractos ni en arbitrarias esignaciones administrativas sino que esencialmente pdrvive en el aquí, el allá y el acullá de todos los pueblos, No es un mecanismo sino un organismo que también está ahí en la rica presencia de sus modalidades, palabra que enfada a algunos, no sé por qué. De naciones hablaron los supraespañoles Cervantes, Lope, Gracián, Mariana, y Tirso de Molina que llamó al Madrid de su tiempo "babel de lenguas"
EDUARDO BLANCO AMOR
("La VOZ de GALICIA",17-VII- 1979)
DEICA LOGO, DARÍO
Lareóu a sirea do barco por terceira vez. Sentín que os podentes tendós de ferro daquela réprica moderna da caravela "Santa María" poñíanse tensos. Arrincóu o barco. Navegábamos xa. Rubíronme ós beizos as adoecidas rimas do poeta castelán:
Señor: ya me arrancaron lo que yo más quería.
Señor: ya estamos solos mi corazón y el mar.
Aínda, pra maior mágoa, iamos a pouca marcha ao sulcar o mare de Coruxo, cantando, en belida mensaxe lírica, polo revelado herdeiro do Xoán Bautista de Lérez, Valentín Paz Andrade. ¡ Cántos seráns, dende o empinado pazo de Darío, miramos os dous aquelas ondiñas que veñen e van, ben seguros que me terían que voltar do Vigo dos meus fillos á América dos meus netos!... Após ficaba a cidade, groria atlántica da Terra, que tanto amábamos ambos. Deixaba eu, antre outros amores, o daquil, moito máis irmán que curmán, que acaba de finar.
As bágoas que se nos xuntaron no despedimento pra sempre xa me non amazaban os ollos, que nas riándolas das órbitas-enxoitas de tanto chorar- riscábame coma si fosen de area. ¡ Dór sobre dór na segunda fuxida, sin espranza de retorno!
Pero agora, o fuxido foi Darío. Fuxido en percura "da absoluta serenidade", como di o norteamericano Badley, glosando o Eclesiastés. Fuxido prá súa venturanza, non prós que quedamos agoniados da morte súpeta. ¿ Cómo de novo os lagrimáis teríanseme que trocar en "fango", como din os ingleses? Dende que soupen do seu finar dóeme a memoria, pola que pasan os "close-up" do seu "film" vidal, tremante, trasacolada evocación. Pousóu, moi noviño, vindo do Tui querendoso á nosa santa casa paterna, nos anos felices en que cundíu o bachillerato no Instituto de Pontevedra, coa lonxana lembranza do noso común abó. Dempóis, as terribles disgracias familiares xuntáronnos máis, incluso a traveso da lonxanía que nos apartóu. Darío loitóu - heroi en termos carlyniáns - coa súa traxedia a costas, no Vigo inonvidábel, de fermosuras sen par, quente de xentes afectuasas, cordial e hospedeiro como outro nidal. Il sabía ben, seguindo a Montaigne, que o verdadeiro trunfo está máis que no sumidoiro dos saberes - que tamén soupo demostrar folgadamente - na exemplaridade da conducta. Foi dos médicos que amostra o "best-seller" da Medicina nova nos clínicos dos soados Mallos de Rocherster. Médico de corpos e almas, igoal que no libro arrepiante de Janer Tayler. Mitade piedade. Cuásique a santidade, a xeito do Bosco novecentista de Turín.
Enseñóulle Nóvoa Santos as palabras fundamentáis do "orgánico" e o "funcional", e soupo por Teillhard de Chardin que se precisa exercer profesión e afición desmitificando a moral acomodaticia pra revalorizar éticamente a acción moral. En outras palabras, a fórmula práctica do "Live And Help Live".
Moro eu - a un chanzo de pousar no mundo ganado xa por Darío - nun país en que "os vivos matan aos mortos definitivamente", según a espresión do noso eeesgravio Prof. Emilio González López, cuio ensino deixóu - orgullosamente vín eu - unha amósega imborrabel na Columbia University de New York. "Sino é dos pobos mozos e dinámicos, tan amadores da Vida, que pra eles hai somentes presente o porvir", escribíu o profesor, migo e irmán. Mais pra nós - coma tamén dí - a raíz e ala da tradición é a de que os nosos mortos endexamáis se van de todo, e a súa lembranza pervive nos deudos, ademiradores, amigos, coñecidos. "Aunque la vida perdió/ dejónos harto consuelo/ su memoria", dicese na copla final da elexía deJorge Manrique. De Darío Álvrez Blázquez pódese decir, como no pranto a Giner de los Ríos, que "lleva quien deja y vive el que ha vivido". Cando o seu irmán Xosé María - outra ponla frolecida do álbre dos Álvarez - publique as "Historias de fuxidos" (xuntando en tomo as que Darío espallóu nas follas dos xornáis) ollaráse, amén de outros merecimentos, que a imaxen que tivo perdurará "coa vida dempóis da vida". Deus llo arrequenterá. Namentras, ¡agárdarme un pouco, Darío queridiño! Adiantásteme. Pero axiña fuxiréi a ti, porque a Nosa Señora da Saudade ten Alén da teoria da fronteira, que, ao fin, amudece tódalas mágoas.
("Ala". Washington, D.C.)
XERARDO ALVAREZ GALLEGO
("La Voz de Galicia", 23- VIII-1979)
CARTA DE ALVARO CUNQUEIRO
A EMILIO ÁLVAREZ BLÁZQUEZ
Mui querido Emilio:
Non se teñen muitas palabras en ocasións como ésta. Ainda non acerto ben a poñer na miña memoria a morte do voso irmán Darío. Dous días antes tíñame chamado por teléfono, e dixome das sús memorias e do que estaba escribindo, e preguntóume por onde pasearían en Mondoñedo as vosas parentas... Como sempre, cheo de viveza e de curiosidade, e atopéino cunha voz chea e clara que fai moito tempo que non lle ouvía. E pouco despois era segado. Xaestán segando mesmo a carón de de nós, na xente da nosa xeneración, e ésto é unha orfandade. Si o é para min, ¡qué non será para vós! Para min, e el ben o sabía, era unha vella e ben querida amistade.
Quixera decirlle millores cusas a Carmiña, a vós todos. Escóllote a ti por mensaxeiro, porque amigo de todos vós, é a ti a quen sempre tiven máis próximo. Foise un home, esa cousa que é tan noble cando verdadeiramente o é, e eu dóome con vosco como dunha perda familiar, a máis dunha perda verdadeiramente humán. E agora sinto non telo visto máis veces, non ter falado máis con el...
Un gran abrazo do voso
ÁLVARO CUNQUEIRO
PÓSTUMO HOMENAJE
Bajas harto dolorosas sufre nuestra Galicia en las personas de Darío Ávarez Blázquez, Luis Seoane López, Celso Emilio Ferreiro y Lorenzo Varela, que entre los valores actuales se significaron por sus altos merecimientos, su vida austera y su espíritu de trabajo.
Darío, que era un médico ejemplar por su entusiasmo por la profesión y por la dignidad con que ejercía, escribía en sus pequeños ocios cosas referentes a nuestro país y a sus gentes. Por su ascendencia le llegaban a Darío oleadas de inquietud científica y ráfagas intensas de aficiones literarias que pudo colmar con abundancia en su no muy larga existencia. Darío era, además, un corazón puro, un alma noble que vivió ni envidioso ni envidiado, aunque tuviese que pasar por días de largo sufrimiento de los que apenas nos dejó más que un leve recuerdo y el cristiano perdón a quien había ahondado tanto en sus heridas después de haberlas abierto....
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JUAN NAYA PÉREZ
("Boletín Informativo da Federación
Mundial de Sociedades Galegas",
Novembro- Nadal 1979 ).
Dr, Darío Álvarez Blázquez
Cuando se cumple el primer aniversario de su fallecimiento, el memorable recuerdo de aquella grandeza humna que fue Darío Ávarez Blázquez se agiganta y commueve ante el tributo de homenaje que le es debido.
Qué podría decir yo aquí que no se haya proclamado ya por tantos al exaltar las excelsas virtudes humanas de Darío Álvarez Blázquez que elevó su profesión médica a la categoría de apostolado: El médico de los pobres, el auxilio de los menesterosos, el consejo paternal, el amigo fiel y noble, el corazón sensible a las necesidades ajenas, alma indulgente a miserias humanas, el modela ejemplar en la intimidad familiar, esposo, padre, hermano. Quien no siente el deseo de rendir homenaje a su memoria ! Los centenares de enfermos que le deben gratitud, asistencia amorosa y la vida; los millares de amigos que le profesamos afecto y devoción, los admiradores del ejemplo de su vida en todos los ámbitos.
A mi adhesión personal a cuantos homenajes se le tributen se une la que hago en nombre de la Agrupación de Corresponsales Extranjeros, de la que fi fundador, porque Darío Álvarez Blázquez fu nuestro colega corresponsal en Vigo del "Jornal de Noticia" portugués, siendo allí muy estimada y meritoria su colaboración, y su obra literaria no era tan solo admirada por la familia periodística nacional, sino también y mucho por los periodistas extranjeros.
Gracias a la Comisión de ilustres vecinos vigueses que encabeza Valentín Paz Andrade por la iniciativa del homenaje e intérprete de un sentimiento general. El nombre del Dr. Darío Ávarez Blázquez a una calle de Vigo es un noble gesto de veneración y gratitud a una figura que perdura en la memoria y en el corazón de cuantos le conocimos; gesto que sin duda se repetirá en Tuy, que entre otros, tiene el honor de ser su ciudad natal.
J.ALBERTO DE OLIVEIRA
"FARO de VIGO", 6-VI-1980)
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La ventana
Calle de don Darío
Una tarde de verano, hace ahora poco más de un año, en el número trece de Marqués de Valladares un corazón inmenso se paraba para siempre y nos privaba de don Darío. Murió ante la misma mesa en la que hincó los codos durante mucho tiempo buscando alivio para sus pacientes y caminos para su patria gallega que era objeto preferido de sus sueños más claros.
Menos mal que las discrepancias políticas ya no ciegan los caminos para mostrar gratitudes. Y así se hace posible que la ciudad, yo diría que Galicia entera porque toda ella estará presente pueda hacer justicia con este hombre. La cita ha sido fijada para el sábado próximo. En esta fecha, la actual calle de Rosalía de Castro recibirá el nombre del Dr. Álvarez Blázquez al igual que una placa dará testimonio de su fecundo paso por el número trece de Marqués de Valladares.
De Álvarez Blázquez se escribió casi todo. Era de esos médicos especiales que no entendieron nunca de diferencias entre los paciaentes "de pago" y los "del seguro". Era también un político activo de los de a pié, de los que ponían la causa en el altar y se consagraban decididamente a ella sin esperar nada para sí. Se jugó el tipo por salvar el de otros, como cuando esa mujer que hoy vive su ancianidad en Redondela pudo librarse del pelotón de fusilamiento simulando un parto que Álvarez Blázquez certificaba a costa de su propia vida, Tuvo serios enemigos políticos, pero difícilmente alguien tenía valor, y pienso que nadie motivo, para negarle en voz alta unas culidades humanas que eran indiscutibles.
Pero cuando los hombre así se mueren, lo que cabe hacer es aprovechar el patrimonio que han dejado tras de sí. Ya nadie podrá disfrutar de una conversación con don Darío, de un repaso a lo que ocurrió en este país desde su mirador de Coruxo.Si cabe, en cambio prolongar lo que él ha dejado. Cuando el problema de la sanidad provovoca un descontento generalizado, cabe hablar de médicos como aquel que, con voluntad, ganas y sobre todo con un profundo amor a sus semejantes, suplía como podía todo el desastre de nuestra organización sanitaria. Y en tiempos de políticos inconsecuentes, de pactos que nadie explica, oportunismos y ansias de medrar a cualquier precio, habría que volver la vista, con ánimo de aprender a aquel hombre que defendió la misma causa hasta la muerte, a pesar de todos los disgustos que esta actitud supuso para él y para los suyos.
En casos así claro que vale la pena colgarr lápidas en fachadas. No para seguir la política de pompas tal uso en este país, sino para que la lección perdure. En adelante al pasar por la calle del Dr. Darío Álvarez Blázquez, o ante el número trece de Marqés de Valladares que está casi al lado, tendremos todos una referencia que valdrá a pena atender. Y resultará reconfortante cuando algún chiquillo señalando la lápida, diga "yo de mayor quiero ser como ese señor". Hombres así merecen imitarse.
SEGUNDO MARIÑO
("FARO de VIGO", 18 - X - 1980)
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ESCOLMA DOS SEUS TRABALLOS LITERARIOS
OS PIEDOSOS MILLEIRALES
Conocín a Cabanillas sendo eu aínda neno, antre os dez e os catorce anos, cuando il era segredario do axuntamento de Mos onde estivo como oito anos, do 16 ó 24. Daquela ía a Tui por cusas do seu cárrego, e outras veces acompañando ó médico titular do mesmo concello don Manuel Paz Varela, mui amigo, condiscípulo e compadre do noso pai. Cuando ían xuntos comían na nosa casa. Os tres eran do mesmo tempo - don Ramón un ano ou dos máis vello - e xa eran amigos de xuventude en Pontevedra, onde nacen Paz Varela e noso pai, e onde coido que debéu de cursar Cabanillas algúns anos do bachillerato, antes de empregarse no axuntamento de Cambados, despóis de saír do Seminario de Santiago.
Cando don Ramón volvéu de América pola segunda vez, conqueríu a segredaría do axuntamento de Mos e pasaba os meses de vran no Balneario de Mondariz, a carón do seu grande amigo e ademirador don Enrique Peinador, mecenas de muitos artistas galegos. No Balneario Cabanillas facía nun certo xeito funcións adeministrativas, que alternaba alentado por Peinador cós seus versos. Alí naceron "A rosa de cen follas", "Na noite estrelecida... E alí foi onde o conocéu Primo de Rivera que, como diabético, tomaba as augas do balneario e nomeóuno por designación directa Académico numerario da Real A. Española xunto con don Armando Cotarelo e Vallador, xa no derradeiro ano da dictadura. Il fixo o seu discurso de ingreso sobor da vida e obra de Pondal e sempre que lle foi doado asistíu ás sesións da Academia polas que lle pagaban daquela - según me dixo - cincuenta pesetas.
Cando ía á nosa casa xa usaba boina e, aínda que con sólo coarenta e tantos anos, xa tiña as rugas da fronte e dos ollos e os sulcos dos beizos, que lle daban ise ár entre pícaro e tristeiro que despois se foi afincando no seu rosto de velliño mariñeiro cambadés atecido polo vento dos piñais de Tragove salgado polo mar arousán. Como estivera bastantes anos en Cuba e a nosa nai era cubana e tiña dous irmáns alá, contáballe cousas da Habana e das zafras de azúcar e as colleitas de café dos inxenios onde ela nacera, na provinci de Matanzas. Tiña, como tódolos galegos emigrantes, a "doble saudade" na ialma e ás veces falaba de Basilio Ávarez (a quen ademiraba muito e que loitaba entón rexamente naquil intre dramático dos foros, tinguido pola sague dos mártires se Sobredo) dos problemas do agrarismo que lle alporizaban e do seu traballo no axuntamento que non lle gustaba ren.
Non sei cando deixóu ista, pra il, asoballadora canga ou si seguíu dun axuntamnto en outro por algún tempo máis. Despois de proclamarse a República atopeino en Tui unha ou dúas veces e logo perdino de vista, porquee marchóu a Madrid onde estaba cando estalóu a guerra civil.
Na nosa casa quedamos envoltos no recendo dos seus versos e no recordo da súa figura feble, manseniña, homildosa de coitado labrego ou de frade franciscán. Nunha Noiteboa do xiado inverso tudense, xa dende a tardiña todos xuntos á carón dos pais e á quentura do braseiro, o noso pai finos leendo, acompasado polo canto da chuvia e o silbo do vento, a fermosa saga do "Cabaleiro do Sant Grial...". A enmeigadora musicalidade daquiles versos cantando as fazañas de "Galahaz, o Esperado" alcendía estrelas de prta, labaradas de sagro misterio, dos nosos peitos de nenos:
"Sin espada nin casco, sin espora ni escudo
ten a gracia dun neno, mais o peito varudo
como espigas de trigo os cabelos dirados,
a cor como de rosas, os ollos azuados
e a cruz sagra, bermella como aberta ferida,
na brancura do traxe, sobre o peito garnida".
Namentras seguía estalando a chuvia nos cristalais e o vento bruaba... O vento bruóu máis forte e feridor poucos anos despois, esmorecendo cós seus urros tráxicos os laios das nais viuvas, dos fillos orfos.
No ano 1952 fun a Madrid e busquéi a don Ramón no "Lyon d'Or" onde tomaba sempre o café arrodeado de mozos e vellos amigos galegos cheos de respeto por il, pola súa obra esgrevia e polo martirio da terra, anceisos de loitar por un novo tempo mellor. Tremeron os seus beizos e as súas mans, neboáronse os seus ollos, ó estreitarnos contra do seu peito á miña muller e máis a min...E os tres sabíamos por qué. Marchamos en procesión silandeira ó Centro Galego, perto dalí. E il, como patriarca e xefe, presidíu unha reunión informal daqueles mozos con nós como ouservadores respeitosos i espranzados do porvir, lonxano aínda daquela, da nosa Galicia.
Ó día seguiente, ó despedírenos, deume dous folios e medio escritos coa súa letriña pequena, crara, limpa de antiguo escribán, enrolados nunpapel de periódico. I ao estreitarnos contra do seu peito caladamente, con ollos pechados, o queixo tremente, dixome: "¡Toma! E pra todos vós, os fillos dun amigo que non esquezo. Escribinnos ista noite, cando vos deixéi, en honra do voso pai e dos milleiros de galegos que, asegún soupen, acougaron ós nosos fuxidos na noite, cando escoitaban pasos ou voces namentras ían rubindo pra as covas do monte. Ahí falo diso". Eran istes versos que conservéi deica hoxe garimosamente, silandeiramente, antre as páxinas vellas do roxo libro do meu corazón doorido, como o corazón da "terra asoballada". Agora, no ano en que Galicia lle adica a Cabanillas, o seu Día das Letras Gallegas, vou dalos ó prelo porque non quero morrer sin ver pubricados os dous nomes xuntos: o do meirande poeta do noso século e o do noso pai, seu amigo, que nos leéu os seus versos cando bruaba o vento, cos ollos entornados, avoz doce e vagorosa, a ialma estrelecida...
CAVILACIONES
A BOA MEMORIA DO MÁRTIR DARÍO ÁLVAREZ LIMESES
¡ Ou Terra mergullada na barreira
do infinito dor, en tráxico desmaio,
cando escoito o teu laio
sinto o degaro ardego
da vida cega e xorda da toupeira
e o silandeiro furo do sartego!
Dempois do impio devanceiro estrago
ficóu sangrando o corazón da terra
sobor dos hosos do Señor Sant Yago.
Nas abertas, regueiros e cunetas
carnes apodrecidas froreceron
en moradas e tristes violetas.
O tesouro froral de uces e toxos
debullóu as chorimas amarelas
e os gromos saien polo sangue roxos.
O forno familiar ten pan acedo,
nas fiestras salaian voces mortas
e atranca as portas do fogar o medo.
O can oubea espantos na palleira,
nas ruiñas das chouzas prangue o moucho
e hai pantasmas no fume da lareira.
Non baten as campanas
máis que a cabo de ano
e a misas gregorianas.
Si a grea torna da romaxe á ermida,
onde foi a pregar a paz perdida,
os foguetes que estalan,
abrindo un novo laño na ferida
de outros estrondos falan,
e as nais, chorando, o corazón desfeito,
os filliños apertan contra o peito,
e os pais, tremendo de carrase, calan.
O sangue seco, durecido, mouro,
tingue os valos dos probes camposantos;
un estricado, barborente estouro
urra na escuridade dos recantos
de carballeiras, matos e piñales;
a fraticida furia
enche de espantos, de tremor, de anguria
a cocho dos piedosos milleirales.
¡Ou sagra Terra miña, encravuxada
da pouta da crueldade,
da inxusticia e da forza asoballada!
¡ Quén te vira alonxada
deste mundo de lobos carniceiros,
camiño da lumiosa sereidade,
bogando entre luceiros
no saturnal anelo da Saudade !
RAMÓN CABANILLAS
Madri, 26-X- 1952
("La VOZ de GALICIA", 27 xuño 1976 ).
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HISTORIAS DE FUXIDOS - I
A R O S A B R A N C A
Cando rematóu a primeira guerra europea eu tiña oito anos. Tería catorce ou quince cando caíu nas miñas mans o primeiro que eu leín - escrito co tema daquela tremenda traxedia: "Sin novedad en el frente" de Erich María Remarque. Leíno sin parar en dous ou tres días. Despóis quedéi medio apampanado varios días máis, pensando sólo, antre arrepíos, naqueleas cruas estampas prá miña ialma de mociño. Falaba pouco e principiara a meterme en min como lles debe pasar aos rapaces cando empezan a pensar en facerse cregos ou frades. Un día, de súpeto, penséi que aquilo fora tan espantoso que xa non podería repetirse xamáis, que os homes adeprenderían pra sempre e que das mapoulas das trincheiras agromaría dalí en adiante un mundo de rosas brancas.
E así quedéi ledamente confortado e volvín a sorrir e a xoga de novo, cando xa meu pai me andaba a poñer o termómetro tódalos seráns e a miña nai a botarme unha xema de ovo no leite da mañán, porque despóis do xantar, decíalle me pai, non había estómago que resistira. A miña madriña, que era tamén madriña do meu pai, e curmán da miña aboa paterna e que ía a pasar temporadas aTui, collérame un día no pasillo e dixérame que sería bó que me fora a confesar. Aínda que solteira era ben sabida emaliciosa...
Seguín pola vida ledo e confiado nos homes. Non me gustaba, é verdade, ver as pistolas dos Guardias Civiles ou dos Carabineiros, pero pensaba que eran pra os ladróns e os contrabandistas e que pra qué se metían niso. Os probes dos xitanos poderían ir para Portugal que estba dali a dous pasos.
Despóis...Bueno, despóis xa sabemos todos o que pasóu eiquí,, no resto da Europa i en todo o mundo. E o que está pasando. O caso é que agora, xa vello e despóis de todo o que paséi, sigo con teima, que me debéu quedarse daquil tempo do termómetro e dos ovos no leite, de que o home vai vir a ser bó, transixente, ledo e feliz. E iso que, nunha desas, verquéuse o sangue do noso sangue e deixóunos a todos nós unha pinga no medio e medio do peito, onde pouco a pouco, con muito traballo, muitos renuncios, voltas atrás e pequenos e vagorosos pasos adiante, foinos florecendo nos beizos da roxa ferida a rosa branca do perdón e da caridade. Porque il - o noso mártir - nolo pregóu no azo derradeiro.
Penso que todos nós, cada quén pola súa parte, lembramos os versos de José Martí ( que o pai, antre tantos libros que foi mercando pra os fillos deixóu nas nosas mans de nenos ) leídos á la luz grisallenta daqueles longos seráns, a chuvia peiteando na tona tépeda do Miño:
"Cultivo una rosa blanca,
en julio como en enero,
para el amigo sincero,
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranque
el corazón con que vivo,
cardo ni oruga cultivo.
Cultivo una rosa blanca".
Semellaría unha premonición.
Fago estas confesiós íntima de mozo inocente e de vello confiado pra encetar as historias que vou contar aos que me sigan, pensando, como denantes que poderían - que deberían - servir de algo, porque anque se dí que o home non escarmenta nunca en cabeza allea sempre penso que pode atempear o seu ánimo, destilar os zugos da súa ialma no alambique fervente do sofrimento dos outros homes e decantalos na redoma empoada das tristes lembranzas, convertíndose nise alquimista espiritual que atopa, ao fin, a pedra filisofal da fraternidade pura e nídia, máis brillante, máis ricaz que o ouro.
Púxenme, xa me decato, romántico, sentimental e barroco, pero non me volvo atrás porque un limiar de lembranzar debe ser sincero e agromar dende o fondo da ialma, que é o senlleiro xeito de ofrecer aos homes a boroa común no propio mantel, amasada cos dedos engruñados nos intres de door, acariñada docemente coas palmas das mans nas horas sereas de paz, enfariñada coas folerpas románticas das noites de Nadal, adornada cos corruscos barrocos dos minutos de ledicia (unha frol en cada esquina, e unha estrela no medio). É ácima, sin íse chisco de levadura que pode inzala boroa sin xusta medida e darlle acedume de máis. Pra servila así, enxoita e verdadeira atal como sai do forno, dura de roer pero doada de sumir pra os que desexen penetrar a súa ialma pola door allea nunha comunión espiritual e rendentora. E pra o sosego na door das vítimas e o arrepentimento no furor dos vitimarios.
Se dí a cotío que xa corréu aínda máis sague, e non abonda, polo de agora, seguir contando si queremos enterarnos todos de unha vez pra non repetilo. Ademáis contóuse todo ou cuáse todo pola banda e polo bando do vencedor. Agora empeza a outra banda a decir vagorosamente algunha cousa e fai falla sabelas todas pra adeprender todos. Falóuse da guerra nas trincheiras e nos campos de batalla, no mar e no ár e das súas consecuencias: o exilio, as cárceres, as guerrillas. Pero pouco da guerra na retaguarda, onde tamén houbo unha guerra xorda pero máis cruel e asañada que a da loita aberta a peito descoberto. E non se falóu ren ou cuáseque ren da súa correspondente consecuencia; os fuxidos. Eses homes que pasaron o seu calvario no monte ou ntre catro parede, ou aterrados nunha cova debaixo do chan. Iso é o que vou contar eu, no que sei dunha maneira directa, ou me foi dito naqueles intres persoalmente polos que o pasaron. Serán oito ou dez capídoos que arrinco das miñas memorias. Isas memorias que comenzaron a meterse na miña ialma dende o primeiro minuto da traxedia, que non se me esquecerán xamáis, porque non se me poden esquecer hastra a perda total do pensamento ou da vida, que empecéi a escribir vai para doce anos e que non sei si remataréia algún día, nin si verán a luz. Diréi os nomes, ou os alcumes e as particularidades personales dos perseguidos e dos mortos, non os seus persecutores ou executores, aínda que os conozco todos por unha circunstancia que logo contaréi. Pero non quero que os fillos e os netos que non teñan culpas, podan ser aldraxados algunha vez nos seus apellidos, sin xusticia. E porque predico que tódolos apellidos de agora en diante teñen que xuntarse baixo un lema común: a paz. E, de corosa, unha rosa branca.
As cousas daquela comenzaron así....
("La VOZ de GALICIA", 17 Abril 1977)
BÓVEDA, O NOSO CAPITÁN
Lembranza e semblanza de Alexandre
O 20 de outono de 1930 saía Alexandre pola porta da eirexa do Mosteiro de Poio dándolle o brazo á miña prima Amalia. Aínda morría alá adentro o último grave solemne do órgao e os frades brancos facían a súa derradeira reverencia. As follas dourads teceran no mencer a alfombra nupcial. Dende aquel intre foi Alexandre ún máis dantre nós e nós dil e dos seus. Vivimos xuntos as horas de ledicia, os días de tristura. Nas reuniós familiares despóis de falar das nosas cousas cáseque sempre se recaía no seu tema e na súa teima, que era tamén a nosa. Pero il era o noso capitán.
E así pasaron algúns poucos anos. Mui poucos demáis. Cando soupo na cadea a prisión do noso pai, mandóunos por un amigo dende a cárcere de Caldas de Reis - foi un peleriño de cárceres pra un mes escaso de cadea - apertas eazos de espranza pra todos. Foi un fillo, un irmán, un esposo e un pai exemplar, bondadoso e sempre sorriente. Xamáis o vin alporizado nin lle conocín xenreira algunha. Cicáis algunha vez tristemente queixoso cos desenganados políticos ou as desventuras da Terra... A cabeza baixa, os ollos medio pechados, acariñando os rulos loiros dun fillo dacabalo das súas pernas, estiven ao seu carón na carballeira veciña da casa, no noso Baión veranego, os dous calados muito tempo. Era no vran do 1933: "Prefiero una España roja que una España rota", dixera Calvo Sotelo nun mitin en Barcelona. E poucos días despóis escribira un artigo no Faro de Vigo contradecindo unha conferencia de Bóveda e Ourense. No mesmo periódico rexeiteron publicarlle a súa respetuosa, mais baril resposta. Ao fin baixóu o neno dos xoenllos, levantóu a cabeza e díxome: "Somos nós mesmos os que non queremos defendernos". Pouco máis dun ano despóis o Goberno da República mandóuno pra Cádiz por ise mesmo crimen de defendela Terra. Dende alá escribíu cartas cheas de pacencia e de espranza e dunha resignacón cristián que sempre profesóu. A nesma coa que morréu; "Recéi contigo" dille na posdata da derradeira carta á su muller, no intre de abandonar a capela camiño da morte...
Foi no serán cincento de brétema compostelán do 19 de Nadal do 1932 no Facultade de Medicina, ateigado de galeguidade, cando se erguéu a breve figura de Alexandre Bóveda, sorriso lene de profeta do Pórtico da Gloria, "mezza voce" de barítono italián, na man esquerda apuntes de letra pequena, coa dereita ademán canso e pansesioso de labrego vello, aconsellador e agoireiro, Decía números, facía cáculos, rexeitaba pasadas e presentes gabelas, prpuña novas e futuras ordenanzas fiscales seguindo coordenadas axeitadas ao país. Demostróu dabondo que Galicia tiña folgos e mediospropios prá súa autonomía económica. Laióuse de que os "cartiños" - así lles chamóu paternalmente - da nosa xente da emigración, se fixeran novamente emigrantes.
Num silencio fondo mantivémonos trescentas personas escoitando, catro horas arreo, fervenzas de números, letanías de artigos, capídoos e sub-capídoos, arrebatadas dende o primeiro minuto pola forza heroica dun home que contara un a un os bois de cada aldea, as barcas de cada peirao, os pinos de cada monte, os milleirales de cada leira, os ácios de cada viña, as contribucións de cada labrego. Non levantóu a voz unha soia vez, non dixo unha palabra máis outa que outra, nin muito menos unha arroutada mitinesca. Cando rematóu: "Temos a terra, temos os homes, sólo precisamos a fe e a vontade·, a súa figura fixere xigante e a brétema deixóu pasar unha raiola do sol de decembre pra alumear a súa fronte de santo de pedra aldeán. Non ouvín nunca unha ovación tan longa e sonora por un discurso feito a base de hectáreas. Naquil intre gañóu Bóveda o plesbiscito do do Estatuto pra Galicia e tamén a coroa do seu martirio.
Habería que estudar con vagar e con rigor analítico o fondo do pensamento de Bóveda. Maís ben, da súa filosofía política. Ao meu ver non foi xamáis un político no senso convencional. Pra il a política foi un medio pra sacudilos seus teimosos anceios da liberación e autodeterminación de galicia. Un medio imprescindible, un roteiro polo que había que camiñar ou deixala loita. Doutro xeito afastaríase totalmente da política, prá que non nacéu nin estaba afeito, coas súas cuquerías, os seus enganos, as loitas soterradas, as fallas da palabra dada, os seus compromisos pechados cunha aperta de mans pra faltar a eles mesmo ao abrila man. Pero comprendía ben que sin estar presentes no propio poder, ou mui perto dos resortes do poder, sin ter unha voz no parlamento, ou clamar dende a oposición, xamáis se podería acadar algo tan longamente lonxano, tan acedamente negado, tan aferroadamente disputado, como era - como é agora mesmo - darlle a un pobo o dereito de autodterminar o seu destino, sin necesidade de fronteiras, nin de aduanas, nin de chamar estranxeiros aos pobos irmáns, pero con pleno dereito a falar a súa língoa, rexir a súa economía e autogobernarse, en fin, si así o decide.
Por iso non dubidóu en acadr aos homes xa feitos e aos mozos que poderían algún día axudalo desa tarefa, falando con eles un por un, como cando contoú as leiras, sin a menor perquiza, cunha decisión e entusiasmo que comunicaba ao seu ouvinte. Nun dos primeiros meses de 1931, cando se cróu o Partido Galegista, víu a visitarnos a Tui pra formar as Xuventudes Galegistas cos meus irmáns e os meus amigos. Meses despóis volvéu xunto de min pedíndome que organizara o Partido. Dixenlle que non serían muitos de primeiras os elementos cos que podería contar, pois os máis ou menos politizados xa estaban noutros partidos. "Non importa - respondéume - cos primeiros catro ou cinco chegan. O caso é comenzar". Tiña razón. A razón da fe. Na II Asamblea do Partido celebrada en Santiago un ano despóis, presentóu o froito do seu inxente traballo: dos primeiros 15 grupos con 600 afiliados, pasáramos xa a máis de 100 grupos con 30.000.
Non conocín na miña vida política un loitador maís activo, nin más pasensioso, nin menos engruñado dediante do fracaso ou da adversidade, totalmente inmune contra a desmoralización e a canseira. Solamente aquel día de Baión, e iso porque o caso atinxía ao cerne do corazón da súa Terra ben amada.
Morréu por ela, sin unha queixa, nin un xesto altisonante, somentes pedindo o sudario da bandeira azul e branca prao seu corpo mozo que tamén, como a vida mesma, lle foi negado. As súas derradeiras cartas praos irmáns do galegismo, foron para pregar como naquil 19 de Nadal en Santiago "Vontade e fe". Foron muitos os que despóis dil caíron co mesmo mensaxe pra nós. E nós temos ise fondo compromiso, baixo a súa baril, inesquecible capitanía.
("La Voz de Galicia", 14 agosto 1977 )
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CHEGA O DÍA
HAI UN ABRENTE DE ESPERANZA
Neste mes de Nadal cumpliránse 45 anos ( teño que lembralo unha vez máis ) daquelas xornadas composteláns nas que se discutíu por aclamación clamorosa ( e a redundancia non abonda ) aquel anteproxeito do noso estatuto de autonomía, primeira víctima documental e legal das nosas libertades que seguíu á morte da libertade.
Tres escasos días pasaron, dende o 15 de xulioen que foi apresentado ás Cortes hastra o 18 en que, como dría Cabanillas anos despóis, "outros estrondos falaron" nolugar dos foguetes festeiros xa a punto de estralar en tódolos adros aldeáns.
Cáseque medio século xa de morte, de cadea, de exilio, de emigración, de silencio, de sofrimento e de loita.
E chegamos a esta hora, despóis dun longo "proustiano" tempo perdido, sin que poidamos saber xamáis qué houbera sido feito da nosa terra, porque o don da ucronía sempre, por sorte, nos será negado aos homes. Empero penso muitas veces niso. Penso que aqueles tempos, aqueles homes, aquela fe, terían de agromar nunha frol belida e fecunda quecinda polos soles mariñáns, embebedada polos orballos dos agros cháns, abonada polas follas das outas fragas, si esa brétema cincenta, esa nube negra da guerra, nona houbera trocado, con tódolos pobos irmáns da Iberia (Portugal) tamén alcanzóu no tempo honores haxiográficos ) na frol pechada dun ramo murcho.
Hoxe está a chegalo tempo de que os tempos sexan chegados. E precisamos escomenzalo camiño todos xuntos, collidos das mans, como dixen fai poucas semáns, como nos dispoñemos a facer nestas xornadas de Vigo e da Cruña, de Galicia en teira, baixo unha soia bandeira: a galega. E unha sia arela: Galicia. Porque hai alá lonxe unha luz de mencer, e non se pode deixar xa esmorecer o día que terá que vir alumeado pola chamada unidade de todos nós.
Os xornais sementan a mesma idea. Penso que eu teño tamén obligación de sumarme a eles porque hai que deixar escrito o testamento da vida xa mui andada, pero que me permitíu ao menos albiscar antes de deixala un abrente de espranza, cando xa non contaba con ver as súas luzadas. Unha raiola dese sol mañanceiro alcendéu no meu vello corazón namorado unha cantiga. E non pido perdón por dala ao prelo, que si os poetas teñen na ialma a estrela eterna da beleza, os demáis temosno corazón o vagalume incerto e fuxidío do sentimento:
Dende Quereño a Larouco,
e dende o Miño a Fisterra
hai un abrente de espranza
na longa noite de pedra.
Sóio un abrente. Axudemos todos a que chegue o día.
("La Voz de Galicia", 3 nadal 1977).
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SANTO DOMINGO DE BONAVAL
CATEDRAL DA GALEGUIDADE
Eu sei que nunha vispra de Santiago, ao son da derradeira badalada das doce, unha procesión pantasmal etraslucente dos vinteoito bispos de Iria, con coroa de néboa, no peito de cada quen unha cruceciña escintilante de estrelas, de báculo unha unha ponla de carballo, tomóu polo camiño do corpo do Apóstol dende Padrón ate Compostela e chegóuse silandeiramente a Santo Domingo de Bonaval. Fai poucos anos dist, cicáis non maís de vinte. Non houbo cantos nin letanías. Soiamente unha benzón, unha luzada no escuro da noite que trazóu unha cruz có lostrego do primeiro foguete do Obradoiro. O estrondo rompéu nun orballo cincento a fileira espectral, a chuvia de faiscas ardentes misturóuse coas estreliñas pectoráis nun poeiro dourado de vagalumes... Hai agora unha carballeira de vinteoito carballos novos nos agros do Milladoiro, que os guieiros das follas levaron no vento as ponlas e prenderon todas. As lousas da Colexiata de Iria parece coma si non se moveron.
Eu sei esto porque aquel ano, alá polas seis do serán, aparecimos todos sin decatarnos en Santo Domingo de Bonaval, a igrxia de paredes íspidas i escuridades misterosas, con humedades e fríos de catacumba, consagrada dende a noite denanterior catedral da galeguidade. Eramos tódolos catecúmenos da ágora galega que andábamos espallados e desnorteados, sabendo uns dos outros pero sin axuntarnos pra decirnos as nosas espranzas, contarnos as nosas angurias, repetílas nosas arelas e axuntalas nosas protestas.
Foi dende entóu unha fermosa xuntanza de irmandade baixo as dovelas de pedra ensambradas polo mestre Domingo de Andrade. Ningún marco mellor, nin tampouco mellor cidade galega pra gardar aos noos mortos esgrevios e pra convocar ao seu redor a toda a galeguidade nunha convención anual presente na súa presencia física, presente no espíritu dende o alén do máis alén.
Foi moitos anos até hoxe unha asamblea civicoreligiosa na que, con chamada tácita, xuntóuse a verdadeira e protestataria galeguidade: xuntóuse a verdadeira e protestataria galeguidade: o senado de vellos patricios coa presidencia indiscutibel de Otero Pedrayo e a segredaría sacrificada de "Ben-Chosey", o congreso de mozos diputados loitadores, xunguidos todod pola fe no destino da terra e a espranza da súa libertade.Xuntos todos, laicos e crentes, galegos chegados dos catro cantos de Galicia, ou de fora dela, de Asturias, de Madrid, de Barcelona, da outra orela antillán, escoitámos as verbas alcendidas, a carón dos sartegos de Rosalía e Brañas, sagros tamén na fraternal liturxia civil. Un recendo de romeiro, alecrín e funcho e a voz tonante de don Ramón, as mans en alto, enchían a capela dos galegos de alén mar, traguían rosas e fermosas palabras pra os nosos cantores, dos irmáns de alá.
Despóis, nas escaleiras co telón do pórtico, a fotografía de tódolos anos, tamén sempre con don Ramón no medio de todos nós e Fita ao seu la Habana, de Caracas. Ninguén se esquecera do hino, pero algún parábase un chisco pra tomar alento ou limpalas gafas, que se mollaban ás veces, aínda que non chovera.
Máis abaixo das escaleiras, aos dous lados da rúa, os coches da Policia Armada facían o contrapunto gris-cincento da xornada. Un ano, un dos derradeiros anos, alguén despóis do hino empezóu a cantar: "¡Venceremos nós!". Os gardas acordaron que aquelo xa era de máis e que non se podía aturar tanto, e levaron pra acadea a dous dos nosos. Tardamos varias horas en sacalos. Namentras agardábamos a decisión da Policia e do gobernador, ao pé da comisaría, un amigo meu de Caracas, que me acompañóu naquel día i estivera até entón mui interesado, colléume do brazo e preguntóume:"¿ Por qué pasa esto ahorita?, ¿ qué piden ustedes con ese canto?"."Pedimos muchas cosas que nos faltan, por ejemplo la autonomía". "¿ Y la tendréis alguna vez?". "¡ Yo qué sé!". Estes meses pasados escribíume: "Parabienes por vuestra autonomía". Eu lembreime dun cantar que escitéi precisamente en Caracas na cálida voz de Soledad Bravo, a zamorana inxertada en caraqueña, e que daquela non comprendí ben, aunque cando a recordoba facíame pensar:"¡Ay, que parabienes tristes tengo que cantar yo!". Sí; amiga Soledad, na túa belida voz fai xa bastantes anos, adeprendín que os homes podíamos ter parabens tristes.
Pero eu espero- sempre tiven espranza- que ao fin alumeará sobor da nosa terra aquel abrente de groria que arelaba Castelao no seu "Sempre en Galiza" camiño do exilio: "Hoxe é día 25 de xulio de 1947. A miña imaxinación anda por Galiza en festa de saudades...". Daniel mergúllase, coa súa febre saudosa, en trance alucinado nas vagorosas sombras do seu camarote do buque "Campana" que o leva camiño de América: "O vento está susurrando a Negra Sombra de Montes que me sostén en vixilia". Aparécelle a Santa Compaña presidida por Prisciliano seguida de tódolos esgrevios fillos de Galicia que morreron por ela au pensando nela. O derradeiro, Alexandre Bóveda "que terá de ser nun mañan prósimo ou lonxano a bandeira da nosa redención".
Por eso eu digo que teño espranza de ver, un día non tan lonxano, unha raiola do abrente de groria alumeando a capela de Rosalía, de Brañas, de Asorey...de Castelao, na nosa Sé de Santo Domingo de Bonaval. E alá lonxe, sorrindo sempre, a noso abandeirado.
("La Voz de Galicia" 25 xulio 1978)
VIAXES E POLÍTICA
ONDE NON ME CHAMAN ¿ QUÉ ME QUERERÁN ?
Hai xa bastantes anos, cando escomencéi a miña coloboracióm neste periódico, un dos meus primeiros artigos tidoábase "Galicia encadenada" e referíase á imposibilidade de abulir, aunque sin velocidade de morte, polas nosas carreteras dun soio canle en cada dirección, cheas de curvas e de costas sin visibilidade, co que a nosa velocidade de cruceiro era a velocidade do camión de diante que dirixía a caravana. Daquela non se facía máis que falar das "vías de penetración de Galicia" dende Castela e os outros puntos de España. Eu, aparte de protestar contra dísa frase de "penetrarnos" que me parecía pouco... fina, digamos, preguntaba que por ónde nos ían penetrar e que, unha vez penetrados, ónde se ían metelos penetrantes si xa non cabíamos nós. Que antes de máis nada había que facelas autopistas de que disfrutaban, por exempro, o país vasco camiño de Francia xa desde Burgos, ou Cataluña, ou as estradas de acceso a Madrid.
Importancia básica
Algúns dos meus lectores se me queixaron do seu desencanto polo tema, despóis do tidoo tan ousado prá falar do encadamento político e non "carreteril" da nosa terra. Non se decataban de que a cousa era, e sigue sendo, dunha importancia básica para o seu desenrolo económico e tamén político, no futuro daquela, que é o presente de hoxe, como ímos ver. Ademáis naquel tempo era algo así como de "cencia-ficción" tentar calquer protesta ou comentario que non se axeitara de cheo ás cousiñas da censura. Precisamente houbo que retirar poucos días antes un artigo meu que me mandóu o director xa composto e que gardo antre os meus papeles, polo derradeiro párrafo no que eu reproducía unhas belidas frases de Ortega y Gasset nas que decía que: "los vidrios de la urna de las votaciones habían recobrado al fin la limpidez y pureza que nunca tuvieron, al encerrar las papeletas que llevaron al Congreso a Pablo Iglesias". Póñolle as comillas, aunque non poda copialas palabras literalmente, porque non teño agora a xeito o artigo, pero as verbas, máis longas, precisas e contundentes, como de quen viñan, eran asío na súa esencia.
Door da terra
E pouco tempo despóis retiráronme outo artigo, anque éste non composto, no que falaba da door da terra pola morte de Cabanillas. Escomenzaron chatando o tídoo "En Cambados, su tierra, se nos ha ido para siempre el poeta de la raza". Despóis outras pequenas cousas, despóis estes fermosos versos do propio poeta morto:
"Pero esta dor da Terra
ferida, escravizada...
¡ qué rosiña bermella!
¡ cómo doi, cómo sanga!"
Desóis o meu derradeiro párrafo: "...yo sé que le agradaría a Cabanillas saber que aquí comienza a fructificar una simiente que hará vibrar nuevas y profundas voces. Aquellas de la juvenil generación que ya leyó, insomne, las andanzas del Caballero Galahaz, sonoro de "espora dourada". Y que hoy llegó a Cambados desde Compostela, con una corona mortuoria en la que, sobre el luto de la cinta, brillaba el oro de una dedicatoria esperanzadora: "A Don Ramón Cabanillas, a mocidade universitaria galega".
Por fin, pra rematar máis pronto, non se publicóu o artigo. Así que estaban as cousas dentón como pra falar dos grillóns que aferroaban á terra. Ademáis o asunto aquel do tráfico das nosas estradas que eran, e son cada día máis, un funil como o de Redondela, dun canto a outro das catro esquinas galegas, ten tanta ou máis importancia do que muitos de tantos dos nosos problemas. Estes días pasados viaxéi dende Vigo á Cruña, pra reunirme con unha manchea de amigos á hora de xantar. Tardéi tres horas e cuarto e cheguéi un tanto retrasado. Á volta tardéi tres horas e media porque a noite retrasa xa de por sí a marcha, sobor de todo si chove, que chove un algo. Ou sexa que pra estar dúas horas na Cruña estiven sete na carretera.
Rematar a autopista
E agora despóis disto ¿ qué me toca decir? Unha cousa, mellor dito dúas, que me van deixar de súpeto sin a mitade dos meus amigos que hastra agora tiña, e eu sei que eran muitos, a xulgar polos ecos do meu corazón, ou cicáis podo quedarme sin ningún asegún si me tocan nun bando os que están contra da autopista edoutro bando os que están pola capitalidade de Galicia para A Cruña. Si todos caíran dunha banda aínda me salvaba un algo, pero iso é ben difícil. ¿ Cóo se pode pensar en perder nun día sete horas para ir e vir á capital, cando estamos sempre a fungar pola obligación de ir a Madrid, que nos leva dúas horas en avión? ¿Cómo imos poñer a capital nun extremo, A Cruña ou Vigo - é o mesmo - con ista rémora? ¿Qué non se fai a autopista?, pois a coller un compás, trazar o punto matemático medio do noso perfecto cuadrado xeográfico e a constituir alí outra Brasilia. ¿Que A Cruña ten rango histórico e xeitos de capital? Pois muí ben, a facela autopista, mellor dito, a rematala que xa é hora, e xa se teñen gastados cartos de máis pra seguir gastándoos en gasolina i en calmantes dos nerviois.
O ferrocarril
Este asunto da autopista, faime lembrar o caso do ferrocarril no seu ncimento, que cando chegóu a Ourense, quedóu paralizado dazasete anos sólo por si habería de seguir hastra Vigo ou non. Os nemigos estiveron os dazasete anos turrando pra que non se seguira decindo nos periódicos, nas rúas, nos camiños: "Si Vigo llega a conseguir el tren, ya no lo tendrán jamás ni Pontevedra, ni La Coruña". Por fin un día caíron da burra e tivérono todos. Agora a cousa é de risa, pero daquela foi mui seria sobor todo prá as compañías constructoras. ¿Que o trazado da autopista fire a muitos donos das terras? Pois, iso sí, hai que ser xustos e xenerosos no que se poida, pero o que non se pode é estar nestes tempos andando con miles de coches e grandes camións por corredoiras asfaltadas.
I o caso é que con este problema eu andiven sempre azorretado, sin decir nin pío pra non chamala atención e cair dentro da órbita dos periodistas que lle preguntaban a súa opinión a medio mundo, porque sei que o caso é vidriosos e que, contestara nun senso ou noutro, lle ía parecer mal ao cincoenta por cento da opinión, ou do personal, como se día agora. E co da capitalidade pásame o mesmo. E de repente, métome a redentor sin que ninguén me pregunte, sabiendo xa dende neno ise dito tan axeitadamente gracioso do noso pobo, co que tidoéi iste artigo: "Onde non me chaman ¿Qué me quererán?". Debéu depender de que cheguéi derrengado da viaxe A Cruña, cando poucos días antes chegara tan rufo de Buenos Aires. Vou ver si non saio tan mal do trance. ¡ Que me perdoen os antiautopisteiros e os capitaleiros, que os quero muito a todos, pero quero máis á nosa terra, que é a de todos!
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